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La alarma sonó a las 8:00 a.m. Mi corazón subió a mi garganta al ver que estaba llegando nuevamente tarde a clases.
-Oh...es sábado...- Dije al ver bien la fecha en la pantalla de mi celular.
Había olvidado desactivar la alarma.
En la noche había tardado alrededor de 2 hs y media en poder conciliar el sueño...no todos los días un extraño te acorrala en un banco y te besa. Así que prácticamente no pude evitar imaginar miles de escenarios sobre aquella escena, y el hecho de ahora saber de quién (creía) que se trataba, aún más. Realmente juro que me repetí que no debería estar haciéndolo, pero mi mente no cedía, así que decidí permitírmelo solo por hoy...o creo que solo por hoy...no iba a gastar mi poca energía peleando conmigo mismo.
Había dormido relativamente muy poco como para estar despierto a esta hora y pensar sobre lo que debería estar pensando, se me estaba haciendo rutina su rostro en mi cabeza, y eso realmente me asustaba un poco.
Sentía mis ojos pesar nuevamente. Me giré y volví a dormir.
El reloj viejo de la cocina había marcado lentamente las 12 del mediodía, mamá y papá aún no llegaban...lo que para mi significaba luz verde para llevar a cabo lo que había planeado...aunque no era algo tan elaborado que digamos. Debía agradecerle a mi mejor mejor amigo de todos, Yu Bin, por haberme aconsejado sobre que debería hacer (no sin antes bombardearme con preguntas que obviamente no respondí, porque no quería o porque simplemente ni yo sabía las respuestas). Da Igual.
Me senté en la rechinosa silla de madera, y mientras comía un plato de fideos instantáneos realizaba cálculos mentales, intentando adivinar a que hora iba aquel chico a dejar las flores. Obviamente era antes que yo, seré estúpido pero no tonto...¿Qué?
1:00? 2:00? 3:47 con 16 segundos? -Aiyaaaa~- No se me dan las matemáticas.
Limpié los restos de salsa en mi boca y tomé mi celular para abrir la calculadora...pero el cubierto en mi otra mano cayó al plato, salpicando mi muñeca con el agua hirviendo que estaba en éste.
-Aiyaaaaaaa~- No se me da vivir.
...
Revisé por décima octava vez la hora en mi teléfono mientras observaba hacia abajo desde el segundo piso de la biblioteca...y quizás me estaba arrepintiendo de esto. ¿Estará bien? ¿Saldrá algo mal? ¿Y si me descubre?
