20- Porque no pude detenerme ante la muerte 2/2

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El sonido me congeló la médula y cuando dirigí la mirada hacia su origen, vi a Kara inclinada sobre el parapeto y a Demetri que la agarraba y la arrastraba al interior del palacio.

Eché a correr antes de que se desvaneciera el último eco. Oí la palabrota que soltó Alexandra antes de alcanzarme, seguido por nuestra clase de reclutas. Perdí todo vestigio de pensamiento racional. No podía ni pensar ni maldecir: sólo podía concentrarme en llegar hasta Kara. Subí los escalones de tres en tres y de cuatro en cuatro hasta llegar al segundo piso.

Allí estaba Demetri, con el paso cortado por unos soldados que estaban al otro extremo del pasillo. De repente, casi todos los soldados de palacio se estaban congregando en este punto y eso me preocupó. Mi ex administrador sujetaba a Kara pegada a él, apuntándole al cuello con un puñal. Si no conseguía que alguno de estos soldados retrocedieran, Demetri podría matar a Kara por pura diversión.

Obedeciendo a un rápido gesto de mi mano, todos aflojamos el paso, mientras Demetri se volvía de un lado a otro y Kara intentaba soltarse. Eso me sorprendió bastante, pero supuse que le había enseñado bien. Como ni tenía dónde ir, Demetri acabó arrinconado contra la pared de piedra. Se fue deslizando por ella, hasta colocarse delante de una gran puerta de madera, y agitó el picaporte, pero descubrió que estaba cerrada con pestillo por el otro lado.

-No puedes escapar, Demetri- dije con calma- Te convendría que todo esto te resultara lo más indoloro posible. Suelta a la chica- continúe con tono tranquilo.

-Ah, no, Señora Conquistadora...- dijo y advertí la expresión vidriosa de la demencia escrita en sus ojos- Primero vas a ver como muere desangrada.

Vi que empujaba ligeramente con la punta del puñal, rompiéndole la piel. Un lento y fino reguero de sangre empezó a manar por debajo de la barbilla y se perdió en el escote oculto bajo la blusa desgarrada. Ella hizo una mueca de dolor y cuando me miró, vi el miedo en sus ojos.

Ni me dio tiempo de controlar a la bestia. De repente, ahí estaba, la oscuridad que me rodeaba, consumiéndome y controlando mis actos. La sangre del cuello de Kara y su ropa desgarrada me hundieron en ese abismo. Pero esta vez quedaba una mínima parte de mí. Iba a necesitar un desapego total, una gélidez incluso, para llevar esto a buen fin. Iba a necesitar todo mi ingenio para engañar a un loco.

Una vez más, con la mano hice un gesto a Alexandra, quien inmediatamente se puso a susurrar órdenes. Sólo podía ser yo, nadie más. Si quería salvar a esta mujer, la única en toda mi vida que se había apoderado de mi corazón, iba a tener que jugar con su vida. Y así, aparté lo último que quedaba de Lena y me entregué a todo lo que había llegado a detestar de mí misma.

-No creerás enserio que te voy a dejar marchar sin más, ¿verdad, Demetri?- pregunté al tiempo que avanzaba despacio.

El hombre echó la mano hacia atrás, exponiendo más el cuello de Kara.

-¡Le voy a cortar el cuello, lo juro!

-Olvídate de ella- repliqué, haciendo un gesto desplaciente con la mano- Estoy hablando de ti. Vale, matas a la esclava. Mira a tu alrededor- hice una pausa mientras él obedecía- ¿Qué sensación crees que se tiene cuando te despellejan vivo, Demetri?- pregunté, con una sonrisa malévola.

-Tanto significa para te, ¿eh?- sonrió ahora, pensando que la chica me importaba tanto que me ocuparía de que él muriera de una forma lenta y dolorosa.

-¡Me importa un bledo la puta esclava!- le grité. Ahora estaba a un metro de distancia- Me has robado... ¡A MÍ!

De repente, se quedó confuso, como advertí en sus ojos. Se preguntaba a fin de cuentas apoderarse de la muchacha había sido una maniobra tan inteligente. Era como si pudiera leerle la mente. Sabía los derroteros que seguiría su cerebro antes que él. Ahora, estaba pensando que era un truco. Me iba a poner a prueba.

Conquistando a la Conquistadora (ADAPTACIÓN SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora