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Algo que había adaptado los últimos años en mi persona, era el hecho de que había ganado mucha seguridad en cuanto a todo. Claro que había ocasiones en las que me preocupaba ser un desvergonzado, pero en momentos como este, me importaba muy poco; pues bajé del auto con Taehyung a mi lado y una evidente erección tras mis pantalones. Tae se dio cuenta de ello cuando ingresamos a la recepción del edificio, e intentó caminar frente mío ocultando mi situación de los demás. Acto que a mi solo pudo provocarme aún más, empeorando la situación allá abajo. Yo tenía toda la pinta de ser un estúpido orgulloso, presumiendo las reacciones que causaba el peliazul en mi.

Nuestra intención era llegar al elevador lo más rápido posible, por lo mismo solo saludamos a la recepcionista, esperando que nos devolviera el saludo escasamente y así pudiéramos subir a desordenar nuestras sábanas. Sin embargo, no todo en la vida surge como nos gustaría, amigos. Y al parecer a mi compañero allá abajo, le tocaría sufrir un rato.

—Señor Jeon, que bueno que llegan. Hay una señorita desde las doce del día esperando aquí por ustedes, dijo ser amiga del matrimonio Min, por eso le permití que esperara. —dijo Yeji señalando a la mencionada. La cual al vernos no dudo en ponerse en pie y correr a nuestro encuentro.

Tanto el rostro de Tae como el mío, reflejaban lo descontentos que nos encontrábamos con la inesperada e imprudente visita de Sinb. Tae apretó mi palma y me sonrió lo mejor que pudo, dándome a entender que quería que disimulara. Pero si en algo era malo yo, era en actuar sin nacerme, mi mal humor era evidente y no me creía capaz de ignorarlo. Yo solo quería llegar a hacerle el amor a mi chico.

Sinb agradeció a Yeji y se colocó frente nuestro con la mejor de sus sonrisas.

¿Cómo podía sonreír tanto? Estuvo esperando por más de tres horas. Maldita loca imprudente, espero sea importante o voy a aventarla por la ventana.

Mentira, no podemos hacer eso, Jungkook. Recuerda que está cargando a tu sobrino en la panza.

—Lamento no haber avisado antes de venir, pero es que no tengo su contacto y no quise pedírselo a los Min, quiero darles una sorpresa. —dijo amable.

—No te preocupes, lamentamos que hayas esperado tanto, normalmente esta es a la hora que llegamos. —dijo Taehyung acomodándose mejor para cubrir el problema en mis pantalones.

—Que tonta soy. —bramó apenada. —Probablemente ustedes estén ocupados y no tengan tiempo de atenderme, si es así no se preocupen y yo puedo volver después...

Mi yo interno se vio emocionado ante la posibilidad de que ella se fuera y nos dejara seguir con lo nuestro. Estaba por hablar e inventar cualquier excusa, afirmando que nos hallábamos ocupados. Pero...

—Está bien, descuida. —interrumpió Tae con una ligera risa. —Hablemos arriba, debes estar agotada de tanto esperar.

¡La puta madre!

Estaba caliente y molesto, la erección comenzaba a doler, y a Taehyung se le ocurre hacerla pasar al departamento como si estuviéramos en condiciones. Solo faltaba que sacara el Twister para que nos pusiéramos a jugar los tres.

—Taehyung. —susurré molesto cuando Sinb se acercó al ascensor.

—Estuvo esperando por horas, no podemos hecharla. —dijo con pesar.

—Si que podemos, ¿quieres ver cómo lo hago?

—Jungkook. —regañó.

—Bebé, te necesito. —dije pegándome a su cintura, restregando el bulto en sus caderas.

—No me lo hagas difícil, Jeon.

—Tu me lo acabas de hacer a mi al invitarla a pasar.

—Es agradable y si esperó tanto es porque seguro debe decirnos algo importante. Solo escuchémosla y en cuanto se vaya te juro que voy a sentarme encima tuyo, voy a hundirme en ti, mientras me adueño de tu boca y de tu cuello. Tu nombre se quedó atorado en mi labios. —susurró besando mi mejilla. —Pero también necesito que por ahora pienses con la cabeza de arriba, no la de abajo. ¿De acuerdo?

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