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He soñado mucho últimamente, mi cabeza al parecer a evolucionado en visión al ya no tener tanto cúmulo en ella. Creer en retrospectiva es cosa que dejamos de lado, aprendemos día con día sin temer a equivocarnos, pero con la seguridad de que nos equivocamos porque fue la única opción.

Las personas van y vienen, he visto tantos rostros en mi vida que puedo plasmar fácilmente un boceto de diferentes personas solo con cerrar los ojos, el ver tantas sonrisas se volvió uno de mis pasatiempos favoritos. El medio de entretenimiento es agotador, los negocios también lo son, pero si puedo volver a casa después de pasar por todo ello y poder hundirme en el cómodo sofá con mi chico entre mis brazos mientras hablamos de todo y de nada, si que vale muchísimo la pena.

Vaya que no podía creer lo mucho que le había cobrado a la vida, prácticamente había comenzado a vivir nuevamente después de estar nulo y perdido por años. Me gustaba lo que hacía, pintar e ilustrar siempre fue lo mío, pero la administración de negocios y el medio social últimamente también se adherian muy bien a mi y comenzaba a gustarme.

Y cómo no hacerlo, si podía estar más cerca de los que amo. Sisu había crecido bastante con los años, la empresa ya era de las más reconocidas en el país y por ende, sus artistas también. Taehyung cumplía sus sueños de poco a poco al igual que yo, y es que al estar vinculados en la misma agencia, podíamos aprovechar de ciertas comodidades.

Llegué al enorme edificio con la energía brotando de mi, limpiaba con la pequeña toalla mi sudor y bebía del termo de agua con necesidad.

Ambas chicas en la recepción dejaron sus quehaceres y voltearon a verme como si tuviera algo en la cara, o más bien en todo el cuerpo, pues las descaradas ni siquiera pensaron en despistar un poco.

Las miré ceñudo y carraspee mi garganta, para después desearles los buenos días, un poco seco para que salieran de su ensoñación. Ahora comprendía un poco la molestia de mi chico hacia ellas. Subí por el elevador mientras acomodaba un poco mi cabello en el reflejo de las puertas, ingresé la clave de mi piso y esperé a que las puertas se abrieran.

Al instante una sonrisa brotó de mi, cuando estas se abrieron y me permitieron escuchar la música en alto en todo el apartamento proveniente del piso de arriba. Dejé mis cosas en la mesita del Living y me apresuré a subir para ver el motivo de tan grande fiesta.

La puerta de nuestra habitación a medio abrir me dio una idea de lo que podría estar pasando, así que burlón y con gran sigilo me acerqué hasta asomar la mitad de mi cuerpo dentro de la habitación. La vista era bonita, muy bonita, por lo que no pude evitar morder mis labios callando mi risa.

El cuarto ya estaba recogido, con la cama hecha y todo en su lugar, pero el peliazul que bailaba por todos lados en la habitación hacía un descontrol que hacía ver todo divertido, parecia un pequeño torbellino que saltaba de la cama al suelo mientras cantaba y bailaba a todo pulmón, estaba tan absorto en ello que ni siquiera se daba cuenta de mi presencia. Taehyung se movía como si el aire fuera suyo, usando una de mis camisas como pijama que le llegaba más abajo del muslo, descalzo y con el cabello desordenado, se veía precioso y deseable para mí cordura.

Decidí entrar y bailar también sin dejar la sonrisa socarrona de lado, fueron tan solo un par de segundos para que por fin cayera en mi presencia y parara abruptamente el gran show que estaba deleitando. Se quedó estático parado en la cama, mientras una sonrisa tímida se asomaba por sus hermosos labios, lo miré sin dejar de bailar y me acerqué a él tomándolo por la cintura y viendo hacia arriba, pues el al estar de pie encima de la cama me quedaba más alto.

-Alguien amaneció contento hoy. -alardee pícaro.

-No mucho, desperté y no estabas a mi lado.

ᵉⁿᵗᵉ | ᵏᵒᵒᵏᵛ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora