Capítulo 7: El intruso.

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Tenía tres habitaciones lindas, pero la que más me gustó, fue la que tenía el balcón y la vista hacia el mar, así que sin pensarlo dos veces tomé esa habitación y me acosté solo un momento. Cuando giré mi cabeza, noté que había una foto de Pedo con Oscar Isaac en la mesa, era probable que la casa fuera de Oscar

Amaba esa foto, había sido de una icónica entrevista y verla ahí solo me hacía pensar que estaba en un lugar donde los dos habían estado, quizás estaba acostada en la misma cama en la que Pedro lo estuvo alguna vez

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Amaba esa foto, había sido de una icónica entrevista y verla ahí solo me hacía pensar que estaba en un lugar donde los dos habían estado, quizás estaba acostada en la misma cama en la que Pedro lo estuvo alguna vez.

Sin dejar de darle muchas vueltas al asunto, me di una ducha y me cambié, ya se estaba metiendo el sol por lo que el calor comenzó a disminuir. 

Moría de hambre así que bajé a la cocina para ver lo que podía encontrar. No había mucho, podría prepararme unos cuantos sándwiches con lo que había, eso sí, el refrigerador estaba repleto de cervezas y refresco. Me preparé un par de sándwiches y luego caminé a la sala, para mi fortuna había una bocina, así que no dudé en conectar mi celular y luego puse mi playlist en Spotify de Pedro Pascal. La canción que empezó a sonar era Purple Rain de Prince. ¡Oh cielos!, esa canción era perfecta y más cuando recordé que Pedro la cantó en un par de entrevistas, era una de mis favoritas. 

Comencé a beber mucho cuando terminé de comer los sándwiches, lavé lo que había usado y dejé todo en orden.  El alcohol ya me estaba ganando así que decidí comenzar a bailar, ahora sonaba Ride on baby de William Onyeabor y esa canción me volvió loca por completo, recordé el video de Pedro bailando esa canción mientras su hermana Javiera lo grababa, me dejé llevar por la música y bailé sin parar, sin dejar de beber, estaba sola y en una casa que tenía que ver con Pedro Pascal, estaba eufórica, me sentía alegre, llena de vida, feliz. 

Y luego escuché un ruido.

Me detuve por completo y bajé el volumen de la música, no sabía que alguien más iba a venir a la casa, Pedro no me había dicho nada, ¿y si era un intruso? Aún un poco ebria, tomé un bate que para mi fortuna estaba en la esquina de la sala, me coloqué en un lugar en donde no me viera el posible intruso y me quedé quieta en lo que entraba.

Cuando la persona abrió la puerta, grité como loca y casi dejé ir el bate contra la cara de la persona hasta que vi quién estaba frente a mí.

Él también gritó.

"¡Tranquila soy yo!" dijo Pedro, asustado. 


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