Capítulo 25: Londres.

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Los errores pueden pagarse en solo un instante pero el precio de estos, pueden doler toda una vida.

Observé por última vez la foto que Pedro y yo nos habíamos tomado en el supermercado de Los Ángeles, sentí una lágrima correr cuando me transporté a ese momento, todas las sensaciones, los olores me invadieron. Nadie ni siquiera él sabían lo mucho que lo extrañaba, lo que deseaba volver a estar entre sus brazos, ya no se trataba de un simple sueño como una fan. Era algo más. algo de lo cual no quería renegar cuando estuviera vieja, sentada en el patio, recordando que algo pudo ser y no fue por mis idioteces.

"Señorita, ya vamos a despegar, por favor apague su celular" era la azafata. Sin mirarla, lo hice. miré hacia la ventana, había comenzado a llover hace una hora.

"¡No puedes irte así!" recordé los gritos de mi madre cuando regresé por mis papeles y un poco de ropa.

"Ya estoy grande. Puedo hacer y deshacer a mi antojo" me sentí mal al contestarle de esta manera pero no iba a perder a Pedro de nuevo y menos si Oscar se ofreció a ayudarme. De entre toda la conversación, me preguntó si tenía el dinero suficiente para ir, quedarme allá al menos una semana y volver. Apenada le dije que con suerte tenía dinero para un par de días él sin pensarlo me dio un poco de dinero en efectivo y me ayudó a pagar un boleto de avión. El de regreso y las comidas, las pagaría yo.

Había un vuelo a la una de la mañana a Londres, lo tomé sin pensarlo, Oscar no se inmutó al saber el precio, me dijo todo lo que necesitaba, me dejó direcciones y números en una hoja y finalmente me dio el número real de Pedro.

"Puedes llamarlo si quieres, pero dudo que conteste, jamás contesta, ni eso ni los mensajes, así que suerte" respiré hondo.

"En serio que buena onda de Oscar el pagarte el avión" dijo ella mientras manejaba al aeropuerto. Afortunadamente, ella ya estaba afuera cuando me metí a mi casa para tomar mis cosas, supo que mi madre y yo íbamos a discutir así que llegó en cuanto pudo. Salí llorando de mi casa por como había dejado a mi madre, pero tenía que hacer esto, como dijo Pedro Pascal una vez: <<Debes seguir a tu corazón para no arrepentirte de nada; aunque a veces traiga dolor o conflicto, en el fondo cuando uno ve para atrás, todo vale la pena porque era lo que escuchaste en tu corazón>>** Y eso estaba sintiendo justo ahora en mi corazón. Tenía que ir por él.

"Dijo que lo hacía porque Pedro hubiera hecho lo mismo por él, además lo noté divertido con toda esta situación. Creo que no le importó que su amigo estuviera sufriendo" dije sarcásticamente.

Cerré los ojos un momento dejando atrás todos los recuerdos de esa noche alterada con mi madre, Ana y Oscar.

Ahora lo único que importaba era que iba ir tras el hombre que amaba y con el que quería estar hasta que la vida me lo permitiera.

Eran las dos cuarenta de la tarde cuando llegué. Todo era triste, el clima, el día, yo.

Sabía que iba a ser una gran búsqueda y esperaba que no fuera demasiado tarde. 

** Palabras sacadas del artículo de la revista GQ México. Entrevista realizada por: Mario Villagrán

<<Foto proporcionada por: Anastacia Lee>>

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