Capítulo 23: Las flores.

752 72 42
                                    

"¿Qué? ¿Y me lo dices así?" dejé el pelapapas en el fregadero y me salí de la casa. 

"¿Qué quieres que te diga? Lo acabo de ver" intenté procesar lo que me había dicho.

"Pero ¿Cómo...

"Venía llegando a tu casa porque según tú, tú mamá no estaba, lo cual, no fue cierto. Cuando iba a aparcar, noté que estaba el auto de tu mamá así que decidí colocarme más adelante, iba a irme pero entonces vi a alguien parado en la entrada" me senté en las escaleras del porche, intentando que el poco aire que rondaba por ahí me enfriara las mejillas. "Supe que era pedro por la maldita gorra azul con blanco y rojo que siempre trae... Además..." se quedó callada un momento.

"Además ¿¡qué!?" grité, necesitaba una respuesta.

"Además, tu mamá lo recibió, se quedaron platicando unos minutos, después sin más, se dio la vuelta. Tenía un ramo de rosas con él, comenzó a caminar por la acera, una cuadra después, arrojó las flores al suelo" me puse de pie al instante y comencé a pensar en las posibilidades de todo. 

"Eso quiere decir que mi madre le dijo que estaba <<comprometida>> con Gabriel" llevé mis dedos de la mano izquierda a las sienes.

"Es lo más probable. Lo siento mucho. No sé si sea demasiado tarde para decírtelo pero, lo seguí, se subió a un auto azul y comencé a seguirlo, sé en dónde está" mis labios estaban secos, por más que les ponía saliva no se quedaban húmedos, estaba a punto de perder al hombre de mis sueños por un mal entendido.

"Tomaré un taxi para llegar allá ¿Dónde está?" me adentré a la casa para tomar mi bolso. 

"Está en el Radisson Blu Aqua" suspiré, ese hotel me quedaba a media hora en auto, y como era el Día de San Patricio, las calles estaban atestadas de tráfico y personas, aún no sabía cómo es que Ana había logrado llegar al hotel sin percances.  

"¿Crees que se vaya?" le pregunté temerosa.

"No lo sé, pero tienes que venir ya por cualquier cosa, las calles están llenas de tráfico. Yo me quedo a vigilar que no se vaya, si se va te aviso por mensaje" ambas colgamos y luego llamé para pedir un servicio de taxi, se tardó media hora en llegar.

"Lo siento, no podía cruzar el centro, estaba muy lleno de personas y había tráfico" se disculpó el conductor. 

"Está bien, necesito que me lleve al hotel Radisson Blu Aqua" el conductor hizo una pequeña mueca, sabía que lo hacía por el tema del tráfico, aún así comenzó a manejar. 

Estuve revisando mi celular a cada minuto, no recibía nada de Anastasia y me sentí bien por un momento hasta que noté que mi celular no tenía señal, no sabía cuánto había durado sin señal, podría tener mensajes o llamadas perdidas. Comencé a mover mi celular y una vez que tuve señal me entró una llamada.

"He estado intentando hablar contigo. Pedro salió del hotel hace quince minutos, creo que iba al aeropuerto. Comencé a seguirlo pero de alguna forma se me perdió el auto, era negro, de pronto vi tres autos similares, los tres tomaron caminos diferentes, tuve que elegir y elegí mal, seguí a una pareja por diez minutos" recargué mi cabeza en la ventana, era demasiado tarde.

"No te preocupes, lo intentamos" colgué y luego noté que ya estaba frente al hotel.

"Es aquí señorita" me indicó el conductor.

"No, regrese, ya no tengo nada que hacer aquí" el señor asintió con la cabeza y se echó a andar, estaba mirando por la ventana, pensando en lo cerca que estuve de poder volver a Pedro otra vez, pensé en que daría lo que fuera por tenerlo cerca de nuevo o por cualquier oportunidad. 

Y pareció que Dios o alguien arriba me escuchó porque...

"¡Deténgase!" ordené de repente. El conductor obedeció y se orilló, le pagué y me bajé corriendo en dirección a un hombre que conocía muy bien.

"¿Oscar?" pregunté sin aliento, él se volvió para mirarme y luego frunció el ceño. 


<<No había fotos de Pedro sujetando un ramo de flores así que esto fue lo más cercano que tuve. Esa foto me la proporcionó: Eduardo Maldonado y Paola Calderón>>

West CoastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora