Capítulo 2

544 39 0
                                    


Priscila

Oh por Dios, acababa de tener el momento de mi vida y no lo asimilaba aún. ¿Cómo Isabella podía estar más calmada que yo?

—No puedo creerlo aún —confieso colocando la llave en la puerta de nuestro hogar.

Nos abrimos paso al apartamento, el cual es bastante más amplio de lo que necesitamos. El piso de mármol gris le añade un toque elegante a la estancia, donde desde el recibidor se puede observar la sala y comedor. Dejo mis cosas en la mesa y me recuesto boca abajo en el sofá. Enterrando la cara en un cojín «Ah, hogar dulce hogar».

—Yo soy la que debería estar más emocionada —dice Bella.

—¿¡Viste como te miraba!? —pregunto emocionada, levantando la cabeza— Dios, él no podía parar de verte y ¡lo vi! ¡lo vi! Vi como tomó tus manos y no te quería soltar, eh.

—Ni me lo recuerdes, no sabía qué hacer.

—¡Fue perfecto! Creo que luce mejor en persona que en la televisión.

—Oh, puedo confirmarlo. Claro que sí. —dice ella emocionada encendiendo la televisión— ame cada momento, fue algo único ¡Dios!

—Y pensar que los tendremos por una temporada entera —no paro de sonreír de la emoción.

—¿Crees que podría suceder algo más? No lo sé, tú viste como me miraba y Dios, yo te juro que muero por él. Aún no se como no me desmaye en frente de él.

—Vaya, puede que no te hayas desmayado, pero sí que lo intimidaste con esas miradas —me río.

—Basta, acaso estuviste demasiado tiempo ocupada viéndome a mi y a Daniel que no notaste como Lando te miraba. ¡Él si no sabe disimular! —levanta su dedo índice señalándome.

—¿Qué tendría que disimular? Solo me estaba viendo, ¿no? Normal, nunca me había visto.

—Esa no era una mirada normal —ella se acerca, así que me siento en el sofá y ella toma asiento a mi lado— tú y yo sabemos que te arrepientes de no haberlo conocido antes, ¿o estoy mal?

Una sonrisa burlona se me escapa y niego con la cabeza repetidamente. Escapo de su mirada inquisitiva y me dirijo a la cocina. A mi mente vuelve el recuerdo de esos ojos verdes viendo en mi dirección. Y no quiero aceptarlo, pero la verdad es que si, si me arrepiento de nunca haberme interesado en él antes, había escuchado su nombre varias veces, lo había visto en una que otra conferencia, pero para mí siempre había tenido relevancia Daniel y otros pilotos, así como Sebastián Vettel.

Me sirvo cereal en un cuenco, y pienso otra vez en el encuentro de la tarde. Al principio me había parecido tan molesto verlo sumido en el teléfono, pero cuando me topé con sus ojos por primera vez, algo indescriptible recorrió mi cuerpo, tanto que tuve que apartar la mirada. Cuando pensé que ya lo tenía solucionado, otra vez esa mirada le dio paso a una conexión que me hizo tartamudear en medio de mi presentación.

Odio cuando fallo en algo, así que para calmarme tuve que cerrar los ojos. Después ignore todo acerca de él, no quería sentir la debilidad de nuevo. Me pareció interesante y no más, en esa mirada hubo una conexión rara sin duda, pero de ahí no pasa. Solo estaba admirando el color de sus ojos, él es un compañero. Y un compañero de trabajo.

♥ ♥ ♥ ♥

Isabella

Después de cenar, Priscila se fue a su habitación. Seguro a hacer esas skin care routines que tanto están de moda. Yo por otro lado, me terminé durmiendo en el sofá con WandaVision de fondo, cuando me despierto es media noche y me voy a la cama a dormir. Los ventanales que van desde el suelo hasta el techo están en todo el apartamento, y permiten ver las luces de las calles de Londres a través de ellas.

Serendipia || FORMULA 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora