Capítulo 6

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Priscila

Golpeo la madera del escritorio con mis uñas. Mi trabajo terminó hace unos minutos cuando el auto de Lando fue ingresado nuevamente al garaje, sigo con los protectores de oídos alrededor de mi cuello y muriéndome del calor lentamente. «Prefiero mil veces el clima frío de Londres».

—Ya no hay nada que hacer, ¿verdad? —pregunto algo indecisa al ingeniero de carrera de Lando, mi jefe «ya me quiero ir».

—No, ya te puedes ir —dice amable— cuídate.

Le doy las gracias y me largo rápidamente. Me encantó el lugar y estoy re emocionada por todo lo que se viene en la temporada con mi nuevo trabajo. Hoy me dijeron lo que tengo que hacer y prácticamente consiste en monitorear la seguridad y el performance del auto durante toda la carrera. Así que, pan comido.

Voy hacia mi casillero, donde dejé mis artículos personales. Tomo mi bolso, y busco rápidamente mis audífonos. Los coloco en ambos oídos y le pongo play en aleatorio a Spotify. De camino hacia la salida, dejo los protectores de oídos en su lugar cuando siento que me toman por el hombro, y me giro quitando el audífono.

—Hola —me saluda Daniel con su característica sonrisa.

—Hola

—Te quería preguntar algo... Priscila ¿verdad? —duda un momento chequeando brevemente mi gafete. Le confirmo que ese es mi nombre y se ríe— Te quería preguntar algo que tal vez no sea lo más normal del mundo...

Gesticula mucho con las manos demostrando su nerviosismo. «Que risa».

—Si, dime sin pena —espero que con una sonrisa le brinde confianza.

—Me preguntaba si tu y Bella vinieron juntas, es decir, en el mismo auto.

—Si venimos juntas.

—Ah es bueno saber, y... —se rasca la nuca— ¿qué auto es? —pregunta algo torpe y despacio.

Me causa risa suponer cual es la intención detrás de su pregunta, sin embargo, no digo nada y respondo lo que quiere saber.

—Es una Range Rover negra.

—Sabes cuántas de esas hay allá fuera, ¿no?

—Lo sé —me río.

Vamos, si le gusta Bella se tiene que esforzar.

—¿Te puedo pedir un poco de tiempo?

Hago una mueca confusa, «¿Quiere que me quede aquí?».

—¿No quieres que vaya a mi auto?

—No por un rato —sonríe como niño inocente.

—A ver, ¿me estás pidiendo que no vaya a mi auto donde me podría refrescar con mi preciado aire condicionado porque tú quieres hablar con Bella? —le cuestiono divertida, y algo emocionada.

Pasea sus ojos por toda la estancia, pensando en cómo se escucha eso. Sonríe de lado algo tímido.

—Talvez es algo precipitado...

—No, no —lo interrumpo—Ve, a Bella le encantará.

El piloto suspira con ánimo, me agradece y se va camino a su motorhome, supongo que a cambiarse antes de dirigirse al parqueo.

Yo me quedo en el lugar donde estaba, acomodo de nuevo los protectores y salgo al paddock. Tengo mi botella de agua en la mano y mi bolso colgando del hombro. Volteo a un lado y hacia otro, todos los demás equipos ya están guardando piezas, haciendo entrevistas, hablando entre ellos yendo de acá para allá.

Serendipia || FORMULA 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora