Serendipia || FORMULA 1

Capítulo 3

Priscila

Estamos sentadas en el restaurante del campo de golf, nos ponemos al día con Mónica y Anne acerca de nuestras vidas. Hace semanas que no las veo, me siento muy bien en mi día libre hasta que me enfoco en las mesas del lugar, viendo alrededor noto que en la mesa de la esquina hay varios chicos guapos y sonrientes. Los veo a cada uno, pelinegros, castaños, musculosos con o sin tatuajes... hasta que veo a uno en particular.

Mi mano alzando el vaso de piña colada se queda a mitad del camino, cuando noto a los pilotos de McLaren acompañando a los chicos guapos. Lando luce una polo rayada negra y blanca, y unos shorts negros. Daniel a su derecha, luce una polo blanca, pantalones de lona y lentes oscuros.

Automáticamente, aviso a Isabella quien se queda igual de sorprendida que yo al notar a ambos pilotos. Nos miramos y es que no nos esperábamos esto. La reunión de hoy fue suspendida y ya veo que aprovecharon el tiempo, y no podía ser de otra forma que igual que nosotras.

Quito mi mirada antes de que alguno lo sienta y nos noten.

—¿Quién quiere ir a jugar golf? —pregunto de repente, mientras me empino mi piña colada y bebo hasta terminarlo de un sorbo.

—Ehhh, que te va a sentar mal después —me regaña Anne.

—Yo quiero —me acompaña Mónica— ¿Bella, vienes?

—Prefiero quedarme un rato más acá —responde ella. Y es que Isabella no sabe jugar, así que es una forma sutil de rechazar la invitación.

­Anne decide quedarse a hacerle compañía y junto con Mónica vamos hacia el pequeño local para alquilar un set de palos y un carrito de golf. Nos dirigimos al campo y empezamos el recorrido de 9 hoyos.

Vamos por el hoyo 7 cuando es poco más de medio día, el sol está en su punto máximo sin embargo varias nubes lo cubren y vuelven el día nublado.

—Vamos, toma un palo y dale a la pelota —incito a Mónica.

—Que ya voy, es que esta difícil de escoger —Mónica esta vestida con unos pantalones deportivos, chaqueta y una visera. La castaña es alta y su contextura atlética denota lo mucho que le gusta el deporte.

Nos conocimos en la universidad y desde hace dos años que nos graduamos, no hemos perdido la amistad. La considero una de mis mejores amigas ya que ella es una persona muy animada y empática que me ha ayudado en mis momentos bajos.

Escojo el palo que usaré, un Driver, ya que la distancia al hoyo es bastante grande. Mónica termina de escoger el suyo y se posiciona para tirar.

—¿Qué me das si hago un hoyo en uno? —pregunta ella.

—Un beso —bromeo.

—¿Por qué siempre dices lo mismo? —se ríe.

—Tú solo concéntrate en tu golpe —me río. 

Ella se posiciona, pero antes de que le pegue a la pelota el sonido de un motor se oye a lo lejos.

Veo a un carro de golf acercándose al hoyo. «¿Qué tanto nos hemos tardado en este hoyo?». No reconozco quien es el sujeto que conduce el auto, hasta que lo tengo cerca y antes de que estacione el carrito me volteo hacia Mónica pensando en que hacer.

La castaña me pregunta con los ojos que esta sucediendo yo solo camino hasta donde está ella, cuando quedamos cara a cara me empieza a preguntar cosas.

—¿Qué pasó? ¿Por qué luces como si te hubieran dicho que tenemos que pagar una multa de 5 mil libras? No tenemos que pagar nada, ¿verdad? —se alarma.