- Uhm disculpe, ... ¿podría traerme otra por favor? - pregunté alzando mi copa ya vacía, a lo que de inmediato otra copa rebosante de aquel líquido naranja y dulce llegó hasta mis manos. Emití un suave hipido antes de comenzar a beber. Ya había perdido la cuenta de cuántas mimosas me había tomado en el correr de la noche, ¿unas quince tal vez?, la verdad es que no lo recuerdo. Me duele la cabeza. ¿Cuánto tiempo me han dejado solo en el bar?, ya es tarde, debería reportarme con Hank y decirle que estoy bien, no quiero preocuparlo de más. Seguramente demore unas tres horas en llegar desde el centro al apartamento en colectivo público. Mañana debería madrugar de más para devolverle el traje en perfectas condiciones a los chicos, la verdad es que han tenido un gesto muy lindo conmigo, aunque a decir verdad, pienso que no ha valido la pena. Lo mejor sería ya irme a mi casa. Necesito encontrar a mi jefe o en su defecto al señor Logan para avisarles. Observo a la gente a mi alrededor, me dispongo a abandonar mi butaca cuando un fuerte aroma territorial altera mis sentidos. Nunca fui bueno distinguiendo olores de castas, pero este aroma en particular me puso nervioso, como si estuviera en peligro.- En otras circunstancias me preguntaría porqué el idiota de Erik dejaría a un omega tan solo en un cóctel como este, en su mayoría conformado por alfas... - mencionó el poseedor de dicho aroma con una sonrisa coqueta en los labios - ... pero a esta altura ya no me sorprende ... - continúo - ... sabes, lo dude al principio, pero ahora viéndote más de cerca... - agrego observándome - ... creo que más que su acompañante eres su asistente, ¿no es así? - concluyó.
- ¿Pe, perdón? - me excusé extrañado, sus feromonas estaban logrando un efecto raro en mí, comenzaba a sentir calor. Pude distinguir el aroma del tabaco cargado en el ambiente, lo cual intensificó mi preocupación. Siempre fui inmune al aroma de las castas pero desde que comencé a trabajar en la empresa empecé a experimentar pseudo estros y pequeños atisbos de feromonas liberados por mi sistema aunque sin ningún olor en particular al ser un omega recesivo, por eso comencé a tomar los inhibidores, ahora soy consciente que debí tomar con más seriedad estos cambios hormonales que comenzaba a afrontar. Fui un tonto a no contarle a Hank sobre estos cambios, después de todo él era médico, pero no quería incomodarlo con mis problemas, el ya bastante tenía con los suyos.
- Oh, perdón, ¿te asusté?, no fue mi intención - dijo apenado, aunque note un dejo de sarcasmo en sus últimas palabras. - Permíteme corregirme omega, mi nombre es Sebastián Shaw, de industrias textiles Shaw... - añadió besando cortésmente el dorso de mi mano. Era un alfa de alto rango, lo comprobé no solo por las feromonas que lo delataban intencionalmente como uno territorial sino también por su físico y la forma deliberada en que se comportaba. Alfa castaño, cabellos cortos, iris celeste, confiado y audaz, experto casanova, como todos los alfas. Vestía un esmoquín y moño negro de satén y zapatos blancos con hebillas bien lustrados. No dejaba de observarme de una forma extraña, casi hipnótica, una forma que no había percibido antes en ningún otro alfa, aunque tal vez, mi juicio algo nublado por las mimosas y la densidad de su aroma me abrumaron demasiado y me hacían creer en conjeturas erradas. Si se tratara de otro omega y no de mí, juraría que este alfa estaba tratando de coquetear conmigo. - Y bien, ¿no piensas decirme tu nombre omega? - inquirió aquel sujeto insinuante. A decir verdad, no me gustaba la forma en que se estaba acercando a mi, prácticamente estaba acechándome. Además no dejaba de llamarme omega, como si tratara de hacerme recordar mi casta, aún en pleno siglo XXI las jerarquías sociales pesaban. Eso me molestó. Junte el suficiente valor para marcharme emitiendo una breve disculpa utilizando lo tarde que era como excusa. A pesar de estar pasado de copas pude distinguir al señor Logan a lo lejos coqueteándole a una beta morena, pero no había señales de mi jefe, seguramente aún se encontraba con esa mujer. Al recordarlo un sentimiento amargo se instalo en mi mente.
- ... Ehm, entonces si me disculpa... - dije trémulo y ensimismado, dando por concluido el breve encuentro, pero al querer bajarme de la butaca tropecé por el tonto intento de querer huir rápido. El alfa sujeto mi antebrazo con fuerza, pero no para lastimarme sino más bien para sujetarme, prácticamente me estaba cayendo de borracho, y lo peor de todo es que me apetecía seguir tomando.
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Sin belleza no hay paraíso.
FanficErik es un alpha propietario de una gran compañía de modas en Nueva York y Charles un omega aspirante a secretario de presidencia, que a pesar de haberse graduado con honores de la Universidad en economía, finanzas y comercio externo permanecerá jun...