—Dime, ¿adónde quieres ir?
—A Marte, para que los problemas no me alcancen. A la Luna para ver el amanecer desde un mejor lugar. Al mar, para que el agua pueda llevarse parte de mis líos.
Guardó silencio viendo la cara de su amado. Este no sabía qué decir, se sentía devastado al saber que su amada podía sentirse de esa manera.
—O tal vez —continuó—, podría abrazarte toda la noche y hacer un viaje para escapar un rato de mi mente. Podría pasar por la curva de tu sonrisa y de fondo tener a la melodía que me cantas que va al compás de tu corazón.
Entonces la envolvió en sus brazos, escuchó su corazón y el arrullo con el cual lograba calmarla. ¿Era posible sentir cuán roto estaba el otro con su llanto? ¿Bastaría con su arrullo para poder apaciguar la guerra que llevaba?
Le susurró que la amaba y que nunca estaría sola.
Cerró los ojos. Se dejó llevar.
La guerra había cesado. O, de no ser así, le regalaba una tregua.
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Cuando dejes de recordarme. ©
Teen Fiction«Y no viviré bajo la sombra de alguien más.» No busques relación entre parte y parte. Son historias independientes. BORRADOR. LAURA SÁNCHEZ. 2021. Portada por: @Silenceharmoni