capítulo 4

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Hola, este es el libro a continuacion de "el secreto de las miradas" que lo empecé desde el usuario «lifeinneverland» espero quevos guste, votos y comentarios al final, gracias por leer.

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Iris se levantó con el despertador, como siempre, llegó a clase y se encontró a Éliot intentando huir de Alexis, pero también estaba Daiana rodeada de chicos que había visto en otras clases de al lado, ella parecía estar encantada de tener tanta atención, hasta que vio a Iris aparecer por la puerta, la sonrió, pero no fue la típica sonrisa que mostraba a todos sino una más sincera. Levantó la mano para saludar y la devolvió la sonrisa. Al otro extremo de la clase estaba Jason también rodeado de chicas, estas movían y enredaban su pelo con con dedos y sonreían como locas para llamar la atención del chico nuevo, aunque Jason sonreía y asentía solo miraba a una, Iris, aunque hizo una mueca y se acercó a Lizi que estaba sentada en su sitio contemplando la clase.

- Bueno días Lizi ¿Y esta gente?

- No se la verdad, supongo que están interesados en los nuevos, son bastante guapos¿No crees? -Lizi estaba viendo de reojo a Jason.

- Reconozco que el flequillo castaño peinado a un lado que le tapa uno de esos ojos verdes que tiene, no le queda mal - movió la cabeza - pero no es mi estilo, demasiado popular, ya sabes, prefiero pasar desapercibida y si voy con uno que llama la atención no lo conseguiré.- la dedicó una sonrisa encantadora.

- Si, lo se, te conozco, entonces si no te importa probaré yo, jajaja. - Lizi siempre estaba animada aunque Iris sabía que ocultaba tras aquella fachada inocente, también podía estar deprimida y no había quien la volviera a levantar, había que tener cuidado con sus cambios de humor.

Llegó a clase el profesor nuevo, que todo el mundo conocía gracias a Iris, iba a sustituir a su querida profesora de matemáticas (mentira todos la odiaban), se llamaba señor Black, daba miedo, le había visto mucho por los pasillos, no miraba a nadie ni sonreía, parecía enfadado de siete a dos, los siete días de la semana, (o por lo menos por ahora).

- Buenos días- lo decía como con asco.

«si no eran buenos para él no significa que se lo fastidie a los demás» pensó Iris.-¡Sentaos de una vez! Y los que no seais de aquí, ¡FUERA! ¡Rápido¡

- Adios guapa. Ya nos veremos - El chico más popular, del C, guiño un ojo a Daiana y esta le sonrió pero en cuanto se fue puso cara de asco y se estremeció.

Ese gesto hizo reir a Iris, la empezaba a caer bien esa chica.

Terminaron las clases y la tarde se la pasó volando, haciendo deberes, leyendo, escuchando música o dibujando.

Esta vez solo puso su nombre enh griego "upuç" en negro y fucsia y lo colgó, no sonaba tan bien como es español.

Llegó a casa, estaba vacía, su madre seguía de viaje pero había dejado comida; cenó y se acostó.

Durmió y los ojos marrón chocolate claro la vigilaban, como cada noche.

Esta vez se despertó pero sin muchas ganas, se encontró con los ojos, se tapó la boca para no gritar, con la otra buscó la navaja que había empezado a dejar debajo de la almohada, pero no estaba, abrió mucho los ojos, estaba más nerviosa aún.

- ¿Buscas esto?- el chico levantó la navaja con una sonrisa pícara en la cara.

-¿ Cómo...? ¿Qué haces aquí?

Iris estaba aterrada, no podía pensar de forma coherente, se la acumulaban todos los pensamientos entre ellos, ¿Qué haría ese chico con su navaja?

el secreto de las miradas(cap. 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora