Capítulo 20

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Iris se despertó con el despertador, apenas se podía mover, se dio la vuelta lentamente encontrándose con un Ian plácidamente dormido a su lado y con el brazo rodeando su cintura.

A los segundos ya se había acordado de todo lo sucedido anoche, inclusive el beso, se sonrojó al instante, se levantó, cogió el uniforme pues era viernes y no tenía gimnasia.

Se vistió en el baño, no quería que Ian se despertara y lo primero que viera fuera su cuerpo desnudo o sin toda la ropa, aprovechó para peinarse, se dejó el flequillo de lado y se puso una fina cintillo negra recogiendo un poco su pelo hacia atrás, se camuflaba como a ella le gustaba.

Volvió a la habitación donde ya no estaba Ian, había hecho bien en cambiarse en el baño, habría sido un poco embarazoso o eso pensaba ella, se colocó las manoletinas negras que siempre llevaba con el uniforme, se miró al espejo, estaba bien, la camisa se ajustaba, la corbata con su nudo, la falda una altura prudente, las medias negras y las manoletinas, pero no le encajaban, ahora no, con todo lo que estaba pasando no podía llevarlas; se las quitó y se abrochó las botas que se ponía con el uniforme de combate, se volvió a ver en el espejo, ahora sí estaba lista para irse a la escuela.

Se dirigió a la cocina donde Ian ya estaba con el desayuno preparado en la mesa, comiendo. Iris se acercó por detrás y le dio un abrazo.

- Buenos días.- Dijo en su oído. Se separó y se sentó en la silla de enfrente.

- Hola.- Contestó Ian, sin quitar la mirada de su plato.

Iris frunció el ceño.

- ¿Qué pasa?

- Pensaba que te habían raptado esta mañana cuando no te he visto a mi lado. Menos mal que me acerqué al baño con una mínima esperanza de que estuvieras.

Iris le miraba con los ojos y la boca abierta de par en par.

- ¿Qué? Ahora te tengo que decir adonde voy, porque no me se defender, ¿no?

- No, solo te digo que estás en grave peligro, que saben donde vives, que soy tu guardián y protector y deberías informarme o hacer ruido para que no me de un infarto.

Iris alucinaba, nunca había dependido de nadie y ahora tenía que decir adonde va.

- ¿Por qué?

- Por varias razones, una es porque es tu deber informar y mi deber saberlo para estar preparado y la segunda y más importante....

Porque me pagan, pensó Iris.

- Porque me importas y no perdonaría perderte de nuevo, lo paso muy mal cuando no sé nada sobre ti.

Iris se sintió mal de inmediato, nunca había dependido de nadie o eso recordaba, nunca daba mucha información, lo justo, y todo había cambiado en nada de tiempo unas tres semanas escasas.

- Perdón, no quería despertarte, me parecía mal vestirme delante de ti y no me pareció buena idea.

- No pasa nada, soy un poco exagerado.

Ian se levantó y beso los labios de Iris, ella no se lo esperaba pero no opuso resistencia.

- Oohh, que bonito, ¿lo sabe el castaño?- Dijo una voz masculina desde las sombras.

- Mierda.- Susurró Ian.- Te dije que sabían donde vivías.

- ¿Quién eres y qué haces en mi casa?- Dijo Iris, levantándose de la silla.

- Ui, que pasa con mi educación.- Salió de entre las sobras el chico que la había atacado en el colegio, vestía completamente de negro, todo era negro, camiseta ajustada, vaqueros negros, y botas negras, los ojos negros y el cabello negro y despeinado, si no fuera malo Iris sería amiga suya, era de su estilo.

el secreto de las miradas(cap. 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora