SECRETOS

𝟎𝟒

⏤Entonces.. ¿es oficial? ¿se acabó? ⏤ preguntó Tonet a su jefe, con una expresión triste.

⏤No lo hemos hablado como tal, pero llevamos una semana sin vernos y Gustabo ya dijo que no quiere saber más de mi, al menos no por ahora. ⏤ suspiró Armando.

Se notaba afectado por todo lo ocurrido, y con razón. La noche anterior el rubio lo había llamado para decirle aquellas palabras, y se le escuchaba realmente frustrado.

⏤Pero bueno.. creo que es lo mejor. ⏤ intentó pensar positivo. ⏤ si está lejos de mi puede que pierdan el interés en él.. al menos tengo eso para consolarme.

Recordaba poco de lo ocurrido después de aquella llamada, pues nada más cortar tenía imágenes borrosas de sí mismo tirado en el apartamento que en algún momento compartió con Gustabo, con una botella de un licor que no identificaba en la mano.

Esa mañana se había despertado en el mismo lugar con la peor resaca que había tenido en años, pero aún así tomó un poco de agua, una aspirina y se preparó para ir al trabajo.

Ver a su familia y tunear un par de coches sería una buena distracción, al menos por un par de horas hasta poder volver a su apartamento a emborracharse y seguir llorando.

Se sentía como un jodido adolescente, llorando por una ruptura que de hecho, ni era oficial, ni era sorpresiva; él se lo esperaba el día que le dijo a Gustabo de su segunda identidad. Pero aún así, dolió más que cualquier otro rechazo que en su juventud hubiera sufrido.

⏤Aunque, si no es oficial.. ¿no significa que aún tiene oportunidad? ⏤ Armando miró con una sonrisa triste a su compañero, que a pesar de tener una edad, parecía todo un niño pequeña.

Negó un par de veces con una cabeza, para dirigirse hacia un auto que se abría paso hacia el interior, y grande fue su sorpresa cuando la ventanilla polarizada de este se bajó dejando ver a Horacio, el hermano de Gustabo.

⏤Hola jefe, vengo a por un tuneo, y para hablar con usted. ⏤ comentó retirando los lentes con vidrios morados de su cara, regalándole una sonrisa que no supo describir.

Se volteó hacia Emilio, y le hizo una seña para que se acercara.

⏤Tuneale el coche al caballero. ⏤ el mexicano asintió y Horacio le entregó las llaves para poder irse a hablar con Armando tranquilamente en las afueras del taller.

⏤Me enteré de lo de la ruptura.. o lo que sea que pase entre Gus y tú. ⏤ dijo directo, pero sin cambiar su expresión relajada. ⏤ y quería pasar a verte, preguntarte como lo llevas.. y pedirte una explicación.

Mientras hablaba, sacaba del bolsillo derecho de su chaqueta una paquete medio vacío de cigarrillos, y tras llevarse uno a la boca, extendió estos hacia el mecánico, quien no dudó mucho en aceptar uno de dichos objetos.

⏤¿Qué quieres que te diga?.. ⏤ suspiró prendiendo el cigarro con un mechero cortesía de Horacio. ⏤ ¿Gustabo te lo contó?

⏤De hecho no. ⏤ Armando se sorprendió al oír esto, pues sabía bien que Pérez era el confidente por excelencia del rubio, y el hecho de que no le hubiera contado nada era cuanto menos intrigante. ⏤ cuando que pregunté, agachó la cabeza y se puso a llorar, así que supongo que alguno de los dos la cagó muy fuerte.. sé sincero conmigo, ¿quieres?

⏤Fue culpa mía. ⏤ confesó dándole una larga calada al cigarrillo. ⏤ yo.. le oculte algo importante sobre mi, y pues.. es difícil de explicar.

⏤¿Con eso me quieres decir que le pusiste los cuernos? ⏤ Armando se atragantó con su propia saliva al oír tal estupidez.

⏤No. ⏤ negó rápidamente, con voz segura y sincera. ⏤ es.. mira, es algo complicado, ¿sabes? Y no te lo tomes a mal, pero no puedo contártelo a ti.

Horacio pareció dudar unos momentos, pero finalmente suspiró, tiró su cigarrillo al suelo y lo piso para apagarlo.

⏤Te diré esto una sola vez, Armando. ⏤ a paso firme avanzó hasta quedar a su lado. ⏤ me caes bien, creo que eres un hombre de bien que tiene ciertas cualidades que yo admiro, y que a Gustabo le gustan, pero me importa una mierda cuales sean esas cualidades o como las utilices, porque nadie, y te ko repito, nadie, a día de hoy, le ha hecho daño a mi hermano y ha vivido para contarlo.

El jefe de mecánicos mentiría si dijera que no sintió un escalofrío recorrer su espalda al oír el tono de voz frío y decidido de Horacio; nunca lo había visto comportarse así.

⏤Pero, Gus me dijo que está dispuesto a hablar contigo, sólo necesitas tiempo para "aclararse", según sus palabras. ⏤ continuó Pérez, ahora con un tono un poco más calmado, pero igual de severo. ⏤ así que, suerte, jefe, estaré al tanto.

Y con eso, se retiró hacia el interior del taller, saliendo unos minutos después con su auto y deteniéndose al lado de Armando para mirarlo por la ventanilla.

Lo único que hizo fue sonreírle de una forma que le causó escalofríos, para seguidamente ponerse sus lentes y seguir su camino.

¿Desde cuando la persona a la que Gustabo llamaba "osito" era tan increíblemente intimidante, para un hombre que había torturado y asesinado a decenas de personas?