SECRETOS

𝟎𝟗

Armando se incorporó casi al instante, y miró a su exnovio no del todo convencido.

⏤¿Freddy te pagó para que vinieras? ⏤ insistió mirándolo con severidad.

⏤¿Cómo? ⏤ Gustabo alzó una ceja, pero se mantuvo en su posición bastante calmado, o bueno, así parecía.

Otro silencio menos cómodo quero anterior se instaló en el lugar, dejando sólo a ambos hombres mirándose, ambos buscando las palabras más correctas para expresar cada pequeño sentimiento que la situación les generaba. Pero ni una palabra salía de boca de ninguno.

⏤¿Tus amigos.. siguen siendo más importantes que yo? ⏤ el rubio finalmente rompió aquella tensión, para reemplazarla con otra aún peor con esa pregunta.

Armando suspiró hondo, y volvió a apoyarse en el capó de su vehículo.

⏤Sin mi ahí para evitarlo, ellos morirían, Gustabo. ⏤ expresó. ⏤ yo.. no quiero que salgas perjudicado por nada de esto, tampoco quiero estar lejos de ti, pero.. no puedo simplemente dejarlos tirados, ¿comprendes eso? Ellos, para mí, son lo más cercano que he tenido a una familia, y llevan muchísimos años en mi vida, tal y como Horacio para ti.

Ese fue el detonante que causó que Gustabo se congelara en su lugar. Por primera vez desde que supo de la mafia, pudo de cierta forma ponerse en los zapatos de Armando, y entendió, en cierta forma, la mayoría de sus acciones y decisiones hasta el momento.

Porque él habría hecho lo mismo por su hermano.

No pudo hacer más que gustar silencio, asimilando cada palabra de Grúas intentando decidir qué decir o hacer en respuesta.

Le había mentido por años, y eso no tenía justificación para él, pero por otro lado.. no era un simple deseo egoísta de mantenerlo a su lado.

Armando se había equivocado, eso estaba claro, pero Gustabo en ningún momento pensó siquiera en que habría una razón parecida detrás de cada elección de su expareja.

Y ahora se sentía mal.

Tenía un conflicto interno, pues desde un principio quiso quedarse con Grúas, pero no podía. Simplemente era estúpido ser novio de un mafioso cuando no sólo te mintió en la cara por años, sino también cuando tu hermano es un policía de alto rango; ambas partes podrían salir heridas.

Pero por otro lado, realmente quería a Armando, y no podía evitarlo. Desearía poder controlar sus emociones; que su corazón simplemente entendiera que mil cosas podrían salir mal. Pero de todos modos, por primera vez en muchísimo tiempo, decidió tirarse de espaldas y confiar.

Confiar en sus sentimientos.

¿Podría salir mal? Era más que probable. ¿Le importaba? Pues..

Evidentemente ya no.

Antes de darse cuenta, tenía sus brazos rodeando el fornido pecho de Armando. Podía escuchar los latidos acelerados de su corazón que con el paso de los segundos se iban calmando, acompañados por el cálido tacto del abrazo correspondido de Grúas.

⏤Vámonos de la ciudad. ⏤ el mecánico no estaba seguro de si era una petición, una propuesta o una orden, pero por primera vez desde hacía meses, realmente lo consideró.

Era como un perrito, en cuanto el rubio le decía algo, parecía el mejor argumento existente aunque fuera una auténtica estupidez, y no sabía si eso le alegraba o le preocupaba.

Pero a pesar del problema que se desarrollaba en su cabeza, sólo se dedicó a acariciar los dorados cabellos de su Gustabo, añorando simplemente quedarse allí para siempre; sin mafia, sin CNP o CNI, sólo con el amor de su vida y su familia.

Si.. esa idea no sonaba para nada mal.