𝟎𝟖

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Gustabo marcó por cuarta vez el número de Armando; si, estaba intentando volver a contactarlo con desesperación, pero no para aceptarlo de nuevo en su vida así como así, sino para pedirle que se fuera, que se rindiera antes de morir también.

Pero él no le respondía.

Las tres veces que llamó lo recibió el buzón de voz, pero al no ser inmediato sabía que el celular no estaba apagado; ¿acaso lo estaba ignorando?

⏤Armando, sé que estás ahí, responde joder.. ⏤ habló tras escuchar el pitido al otro lado de la línea. ⏤ por favor..

Se había negado a hacerlo durante días, pero no podía. Cuando Freddy le contó sobre la ejecución a manos de Conway de un compañero de Grúas, le costó disimular su preocupación, pues al parecer todo era mil veces más grave de lo que creía.

Quería hablar con Armando, razonar con él y pedirle que simplemente se diera por vencido. No que se entregara, pues sería lo mismo, simplemente lo fusilarían y s otra cosa. No, lo que él quería era que hiciera lo que fuera para salir de peligro.

Cambiar su identidad, irse del país, lo que fuera necesario; no quería que él muriera.

Cuatro llamadas se volvieron cinco, seis, siete. Doce hasta que el móvil fue apagado.

⏤Que hijo de puta.. ⏤ susurró, para luego acudir a su último recurso.

Salió del apartamento que llevaba rentando desde hace meses y se subió a su Audi, dispuesto a buscar a Armando por toda la maldita ciudad so era necesario.

El taller, garaje central, comisaría, cada badulaque, licorería y gasolinera que conocía. Incluso dio un par de vueltas por el norte para probar suerte, y nada; parecía que a Grúas se lo había tragado la tierra.

O esa creía, hasta que su celular vibró por un mensaje en su WhatsApp.

"Gustabo? Qué pasa?" "Estás bien?" "Por qué tantas llamadas?"

Suspiró aliviado, pues al menos podía confirmar que seguía vivo. Trató de mantener la compostura lo mejor posible, y escribió con las manos temblando.

"Tenemos que hablar" "Dónde estás?".

Rápidamente recibió una ubicación que marcó en el GPS, para luego tomar rumbo hacia allí.

A mitad de camino se dio cuenta de que era una montaña cerca del letrero de Vinewood, lo cual lo extrañó un poco, ¿qué demonios hacía Armando ahí?

Intentó no darle mucha importancia, y una vez llegó a la base de la montaña, subió con su Audi hasta donde pudo, y el resto del camino tuvo que seguirlo a pie para no acabar rodando colina abajo con todo y coche.

Perdió la cuenta de cuantos minutos caminó por la montaña hasta divisar el vehículo negro perteneciente a su exnovio, y apoyado en el capó de este, a este mismo con un cigarrillo en la boca.

Mentiría si dijera que no sintió mariposas revoloteando por su estómago al verlo; su alta y esbelta figura luciendo una ropa oscura que le quedaba como un guante, su rebelde cabello siendo levemente movido por el viento en una danza casi hipnótica, y con sólo ver eso ya no podía esperar a ver esos verdosos ojos que, le doliera a quien le doliera admitirlo, tanto le gustaban.

Se acercó a paso lento admirando cada vez más de cerca el atractivo natural de ese hombre, hasta lograr ponerse a su lado y quitarle el cigarrillo de los labios, ganándose una mirada de desconcierto por esto.

⏤Fumar te mata, y creo que ya hay suficiente gente queriendo hacerlo, ¿sabes? ⏤ comentó tirando el porro al suelo, para posteriormente pisarlo hasta apagarlo. ⏤ ¿qué hacías aquí?

Armando continuó observándolo, sin recibir una mirada de regreso, pero admirando cada pequeño y fino detalle en el joven que tenía a su lado después de tantísimo tiempo.

Su piel blanca y fina como la más elegante porcelana, sus facciones tan características, sus rizos de oro tan desarreglados como se costumbre. Y esos ojos, sus ojos color cielo.

Definitivamente Gustabo seguiría siendo perfecto a sus ojos, sin importar cuanto tiempo pasara.

⏤A veces vengo aquí a pensar. ⏤ contestó desviando su vista.

⏤¿Tú piensas? ⏤ las pequeñas risas del rubio rápidamente se le contagiaron, a pesar de haber sido una broma en su contra. ⏤ Armando, yo..

⏤Freddy te contó lo de Manolo, ¿no es así? ⏤ García soltó un corto suspiro  y asintió.

⏤Tienes que parar. ⏤ soltó sin rodeos, haciendo que Armando suspire hondamente; ¿ahora él también? ⏤ me da igual lo que estés tratando de hacer, sólo.. déjalo ya, antes de que muera más gente.. antes de que mueras tú.

Grúas se mantuvo callado, analizando la situación y las palabras del rubio.

Sabía que tanto él como Freddy tenían razón, y que lo mejor, tanto para él como para aquellos a los que llamaba su familia.

Pero aún así, sus dilemas con la mafia eran casi opacados por la confusión ee preguntarse, ¿qué demonios hacía el mismo chico que le dijo que no quería volver a verlo jamás, en la cima de una montaña, apoyado junto a él en su auto, pidiéndole que dejara estar su meta de años y años de trabajo?

⏤¿Por qué estás aquí, Gustabo? ⏤ preguntó sin rodeos.

⏤¿No es obvio? ⏤ su mirada azulada conectó justo con la suya, y como si fuera otra de las noches en las que sólo se quedaban apreciando los coloridos ojos del otro, se sumieron en un largo, pero nada incómodo, silencio. ⏤ no quiero que mueras, Armando.

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