El 1 de septiembre siempre fue mi día favorito del año. Era un nuevo comienzo. El hecho de esperar todo el verano por este día podría parecerle estúpido a muchos otros chicos de mi edad, pero la realidad, es que no había nada que esperara con mas ansias.
El despertador sonó y yo ya estaba despierta, lista para sobrepasar el día sin tener un ataque de nervios. Mi ropa estaba esperándome en la silla a la derecha de mi cama, tal y como la había dejado la noche anterior. Siempre fui muy organizada; planeando todo con anticipación, rigurosamente para que sea absolutamente perfecto, y este día no era la excepción.
Al cerrar la puerta de mi habitación corrí hacia las escaleras, bajándolas en tiempo record, y salteándome algunos escalones. El aire se percibía un tanto tenso al llegar a la cocina. Hice una mueca que podría pasar desapercibida por una sonrisa mañanera y me senté en mi lugar predeterminado de la mesa.
-Se podría decir que estamos algo nerviosas por aquí...- Afirmo mi madre en un intento de alivianar la atmosfera, a sabiendas tanto de su parte, como la mía, de que no iba a funcionar.
-Ajá...- Le respondí, mientras metía una de esas deliciosas galletas que preparaba los domingos y ponía los lunes en la mesa de desayuno sin falta.-Plagneo llegar megdia hogra agntes- Dije con la boca llena.
-Ya lo se- Confirmó mi madre, sabiendo que tenia todo planeado, como todos los años desde que comencé en Hogwarts.-Así que quinto año eh?-
-Si, otra cosa de la que preocuparme- Dije sarcásticamente- Los TIMOS están listos para asesinarme, y que mi corta vida solo llegue hasta el año 1993... me esperan al llegar a Hogwarts, y planeo vencerlos con la mejor de las sonrisas-.
-Sonrisas y mucho estudio- Añadió mi madre. - Voy encendiendo el auto, ve al baño y baja tus cosas.- Me dedico una cálida sonrisa y salió por la puerta principal.
Corrí sin apuro hacia el baño, mientras tarareaba una melodía que acababa de inventar gracias al nerviosismo. La melodía se transformo en una conversación con mi mente, enumerando las cosas que tendría que hacer el día de hoy, paso por paso, para no fallar en el intento y ser ridiculizada frente a todos mis compañeros.
Numero 1, arreglarme... bueno, si es que eso de algo sirve...- Me repetía en mi mente. Nunca fui una chica muy agraciada que digamos. Tampoco es que me importaba mi aspecto demasiado, solo que prefería estar presentable. Mientras el comienzo de mi pensamiento "numero 2" se formaba en mi mente, me mire en el espejo, analizando cada facción de mi pálido rostro. Comencé por mis ojos color ámbar, adornados por unas cejas rectas; continúe por mi nariz larga y puntiaguda, no como las narices de las chicas que me rodeaban, que eran pequeños botones en el centro de sus caras. Observe mis labios color sandia, y mi cabello alborotado. Tomé el peine que estaba en la repisa del baño y comencé a cepillar mi cabello marrón chocolate. - Podría apuñalar a alguien con mi nariz si me giro muy deprisa, ¿no?... Bueno, numero 2...- Siempre divago en mis pensamientos, es mi cruz, pero no lo puedo evitar; un momento estoy aquí, y al siguiente, otro tema mas importante se desliza en mi mente. -Ir a Kings Cross, Entrar en la plataforma 9 3/4, subir al tren...- Suspire mentalmente, si es que eso es posible... Me encantaba ese recorrido, y podría hacerlo un millón de veces sin aburrirme. De hecho, me encantaba Londres, siempre fue una ciudad un tanto mágica para mi, incluso antes de conocer la existencia del mundo mágico.
De repente mi mente se lleno con recuerdos, mas precisamente de cuando vivía tiempo completo en Estados Unidos. A los diez años mi madre obtuvo una oferta laboral en Londres, y nos mudamos allí. Tiempo después ese mismo año, mis padres se divorciaron, y mi padre volvió a nuestro antiguo país. Por eso mi carta provenía de Hogwarts y no de Ilvermorny, como hubiera sido si hubiera seguido viviendo en Estados Unidos. De todas formas, yo era una bruja... Esas noticias fueron impactantes, pero a la vez le dieron sentido a muchos aspectos de mi infancia. Mis padres son "muggles", como son llamadas las personas sin magia en el mundo mágico. Ellos no podían creer lo que sus ojos veían, el día que entraron a un callejón lleno de magos, brujas y criaturas de todo tipo, para comprarme mis materiales para mi nueva escuela.
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Tiempo contigo- Cedric Diggory
FanfictionSiempre me gustó más el verano... Los rayos de sol golpeando en mi cuerpo, ropa fresca, una brisa cálida en el ambiente. Él me hizo cambiar eso. Ahora disfrutaba del crudo invierno, con sus tazas de café caliente, bufandas por todos lados, nieve en...