Tiempo contigo- Cedric Diggory

Los jardínes son bonitos de noche

Habían pasado dos dias sin que Angelina y yo intercambiaramos una palabra desde la pelea. En los momentos en los que era necesario estar en el mismo lugar que ella, la ignoraba completamente. Como a la hora de las comidas. Hacía como si ella no estuviera. O a la hora de dormir. Ya no había más charlas nocturnas, simplemente apagabamos nuestras luces.

Katie se había dado cuenta de esto, creo que les pregunto a los gemelos si todo estaba bien entre nosotras. Jamás habiamos peleado así. Siempre fuimos demasiado unidas. Ahora, en los momentos que no tenía que estar en su presencia, hacia otras cosas. En lugar de pasar tiempo con mis amigos, estudiaba para los TIMOS. O rondeaba por el castillo. De hecho, habia compartido algún que otro encuentro con Cedric.

Fueron dos ocaciones. La primera, fue un simple cruce en los pasillos, nada del otro mundo. La segunda, en cambio, fue algo mas entretenido. Estaba dando uno de mis paseos matutinos cuando se me acercó por detrás. Habia algo de gente a nuestro alrededor, pero realmente no nos detuvo para besarnos. Fue algo intenso, aunque nada inapropiado desde la... ultima vez. Luego deambulamos un poco y yo le conté sobre como cada vez que tenia una crisis optaba por ensañarmelas con mi cabello, usualmente cortandome el flequillo.

Pero eso había sido esta mañana. Y hoy era la cita. Esta noche, a las siete, por fin tendríamos una cita como era debido.

El dia había pasado dolorosamente lento. A eso de las cinco ya estaba lista. Habia optado por un confiable sweater de lana con unos jeans. Y claramente toda la protección que pudiera encontrar contra la nieve: sacos, gorros, bufandas y guantes.

De hecho, faltaba poco menos de un mes para el receso de las fiestas, cosa que me emocionaba de sobremanera porque significaba que vería a papá. Ya había hablado con mi madre al respecto. Suelen ser las navidades con ella y el año nuevo con él, pero puede variar.

De hecho,  estaba esperando correspondencia de mi madre confirmando este asunto. Y como todavía me quedaba tiempo, decidí dirigirme a la Lechucería.

Casi saliendo del castillo, me encontré con Neville. Andaba solo, algo desolado.

-¡Hey, Nev!- Le dije alcanzandolo.- ¿Cómo estas? Hace tiempo que no hablamos, realmente debemos dejar de encontrarnos por estos rubros y conversar como dos personas civilizadas...-

-Que... q... ¿Quieres hablar conmigo?- Dijo el chico, tiritando un poco.

-¡Claro! Es superinteresante charlar contigo, ¿Por qué no?- Le dediqué una genuina sonrisa. Adoraba a Neville. Me parecía un gran amigo y por sobre todo, una gran persona. Muy puro.

-¿Buscando correspondencia? ¿Algún admirador secreto?- Dijo riendo cuando estábamos llegando al lugar.

-Oh, por favor, si te refieres a mi muy intrigante madre entonces si. ¿Y tú?... ¿Alguna suertuda que sea de tu agrado?-

Neville titubeó un poco. Me miró nerviosamente de arriba a abajo y luego observó el entorno. Sin verme, dio su respuesta.

-Quizás... p... pero no quiero hablar de ello ahora si no es problema.- Me dijo casi sudando repentinamente.

-No hay problema, para nada.

Luego nos despedimos, dirigiendonos cada uno hacia su lechuza. Y resulta que si tenía un mensaje de mi madre.

Querida Belén:

Como me has consultado, he hablado con tu padre. Como te dije antes, la navidad con tus abuelos sigue en pie, pero lamentablemente Watson no podría alojarte durante el Año Nuevo. Dijo que es un día muy cargado en el café, y que prefiere que la pases bien  aquí a no poder disfrutar allí.
Dijo que te ama y te "extraña horrores".
Lo lamento mucho hijita, haremos algo que te haga feliz. ¡Nos vemos en poco tiempo mi amor!