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La noche envolvía el interior de la sala de astronomía, le habían dado de alta nuevamente y a diferencia de la ultima vez debía ir una vez cada tres días a chequearse hasta que estuviera estable, le habían dejado una poción que ahora bailaba entre sus dedos, no pidió respuestas ni soluciones solo tomo los frasquitos y los vertió en sus bolsillos, hasta ahora no había tomado ninguno de ellos.

—Hola —sintió la sedosa voz sacarlo de sus pensamientos.

—Hola —respondió bajito.

—¿Cómo estas? —preguntó con miedo de que se rompiera frente a él.

—Lo mejor que se puede estar —le sonrió dejando que el chico invadiera un poco de su espacio— ¿Y tú como estas, Michael? 

—Bien.

—¿De verdad? 

—Sí, de verdad —río al decirlo— pero no me llamaste para saber de mi.

—Lo hice por eso, aunque debo admitir que no es la única razón— confesó— necesito saber algo ¿Qué sientes por mi?

—Bueno, es complicado, ni yo mismo lo sé.

—Solo intenta explicármelo, porque ahora mismo necesito tomar una decisión.

—Yo lo intentare —avanzó un par de pasos más y lo miró directo a los ojos— al principio de este año era admiración, eres el héroe del mundo mágico, es algo normal el sentirte como una meta, también el sentirse en deuda aunque no lo hayas hecho específicamente por nadie, después me di cuenta que también me sentía seguro si compartía el mismo espacio contigo, eso era por la misma visión de héroe, de todas formas se me hizo curioso, te empecé a observar cada vez más hasta que no fue suficiente, me alegra el verte en la mañana desayunar y ver como te reponías, el verte reír de cosas que te decían tus amigos, el como saltabas a pelear en cuanto te sentías atacado, me alegraba el solo verte, pero dejo de ser suficiente, cuando por fin hable contigo me di cuenta que el mundo podía llegar a ser infinito, tu risa era mucho más encantadora de cerca y tus ojos mucho mas brillante, también tenía en mi la idea de que podrías ser un poco egocéntrico, pero no, no te mostrabas poderoso ni en la cima, solo como uno más, alguien que sabe que por mucho que tenga el mundo encima no puede con él y necesita también de ayuda y concejos. 

    Desde el momento en que me dejaste conocerte todo fue empeorando en mi, podía sentir mi ser llenándose de gozo al solo sentir que podía provocar una risa en ti, el ver como tus ojos también sonreían era algo tan maravilloso, tan mágico que incluso lo que sentí al conocer este mundo como hijo de muggles se queda totalmente opacado. No sabes el como sentí mi ser al saber que estabas mal, que ignorabas algunas de tus comidas, que no te sentías suficiente para seguir, sé que no me dijiste nada de eso, ni siquiera hablamos mucho, pero lo pude notar. Y no sé si lo que siento siga siendo admiración o ya es amor pero es algo fuerte, sé que tus manos al entrelazarse con las mías se sintieron como que enviaras oleadas de calor a todo mi cuerpo, y tu beso me supo a milagro y vida eterna, que estoy dispuesto a estar a tu lado para defenderte y ser lo que sea solo para ti, pero sigo sin saber que es, porque me sigo sintiendo en deuda y no sé si eso afecta todo lo que me conforma, los que conforma esta rara relación.

El silencio en la habitación se sintió pesado y añorante, no estaba siendo fácil elegir las palabras para continuar con esto y el chico no paraba de mirarlo con tal intensidad que se sentía derretir, volvía a el esta sensación de sentirse importante, querido y lleno, como que pudiera remplazar todas las personas que le faltaron en su vida y que podía llenar cada huequito que dejaron las heridas en su corazón, no tenía las fuerzas para decirle que el no lo veía igual, no le podía dar lo mismo que el le ofrecía, por su mente bailo la idea de aprovecharse del sentimiento de deuda pero lo hacia sentir incomodo el hacerlo.

—Harry, no tienes que tomar ninguna decisión —dijo retomando su monologo— lo sé desde hace mucho tiempo, siempre eres amable y chistoso, no solo conmigo, nuestras miradas nunca se cruzan, créeme porque que yo lo sabría, y siéndote sincero —bajo la vista para ocultar su cara de vergüenza— si fuera por mi te diría que no me importa el tenerte, el que tu me tengas, a pesar de que no haya ningún sentimiento de tu parte, porque nunca me he sentido engañado, sé que lo que haces es porque quieres hacerlo y tu nunca ocultarías eso, pero no te soy suficiente, no soy la persona indicada y al final te darás cuenta y pensaras en que pudiste ocupar todo el tiempo en encontrar a alguien más, al final hay muchas personas mejores que yo, no es autocompasión porque sé que puede haber alguien para el que yo sea el mejor, así que solo me iré ¿sí? Esto solo queda en lo que era... Aunque si después quieres puedes volver a mi sin ningún compromiso —una risita coqueta y avergonzada salió de su boca antes de dejarle un beso en su cachete e irse.

Sentía su mejilla mariposear, se sentía un ingrato al no dar ninguna palabra más, no le quedaba más propósito en el mundo y ya no quería disfrutarlo si significaba seguir con su alma agujereada, miro de nuevo el vial que su mano empuñaba y lo bebió, era la primera dosis, pero no fue la única, saco frasquito por frasquito y lo fue bebiendo uno por uno hasta sentir como su cuerpo se perdía en la inconciencia, no se sentía culpable de irse, había dejado todo listo, los puntos de Malfoy liberados, la investigación de la composición de las feromonas lista e incluso le había hecho una lista de inhibidores, sus mejores amigos estaban unidos y se podían consolar entre ellos, la familia Weasley siempre estaba unida y podrian afrontarlo rapido, sus profesores si bien lo querían el seguía siendo solo un alumno más, todos podrían seguir y el estaba satisfecho con eso porque ya había hecho lo que tenía que hacer.

Poción fallida (Harry x Draco )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora