3

12.3K 1.2K 69
                                    

  —¡Wesley, Granger! ¡¿Que hacen aquí?! — dijo bajito, sintiéndose descubierto.

  — Lo mismo podríamos preguntarte a ti, maldito hurón—Acotó Ron mordaz pero imitando el volumen del otro, no querían problemas realmente.

— Eso no es de su incumbencia, pero ciertamente estoy autorizado por mis labores de prefecto para estar aquí o en cualquier lugar que se me de la gana, y por ello mismo les debo dar una sanción por recorrer los pasillos en horas prohibidas —retó a ambos chicos con la mirada, desafiándolos a contradecirlo.— A Finch le encantara tenerlos bajo su mando.

  — Malfoy... —interrumpió calma y con toda la satisfacción del mundo.

  — Granger —dirigió su mirada directamente a la de la chica, con una de sus cejas alzadas espero que continuara esperando de corazón que le diera algo más para quitarle cincuenta puntos y con extras.

— Nosotros también somos prefectos. — Señalo la chica viendo como por unos segundos el rubio se descomponía pareciendo lo que en realidad era, un total idiota.— ¿Que es lo que realmente vienes a hacer hasta acá?

  — Es que.... Potter...— Balbuceó idiotizado aún.

  — No conseguirás nada adentro, Harry tiene que descansar.— Habló Ron, sintiéndose completamente extraño al saber que de alguna manera entendía como se sentía Malfoy, él a veces sentía igual, también había sido salvado incontables veces por Harry, reconocía ese pesar de deber algo, y no cualquier cosas, algo que no se podría pagar ni en un millón de años y que con alguien como Harry la deuda se sentía infinita al saber que lo hacía solo por que se le dio la regalada gana.

  — Yo...No... 

  — Ven compañero —Aunque el muy imbécil hizo una mueca ante el apodo, ahora por fin podía entender de lo que Harry hablaba cuando se ponía serio, no todos los Slytherin eran malos, algunos solo eran absorbidos, sus familias estaban en peligro, y cada uno hizo lo que debía hacer, apariencias... Todo era eso.  — Nosotros te diremos todo lo que ha pasado hasta ahora, aunque realmente no es mucho.


Sobre los negros cabellos se dibujaba una y otra vez un diagrama que revelaba sus signos vitales, totalmente en calma luego de varias horas, un escaneo con la varita  para confirmar su estado reveló ya la normalidad de la producción en su organismo, el nuevo conteo revelaba cantidades normales de hormonas y células, sus glóbulos y plaquetas, pero a pesar de ello tenía una expresión tan dolorosa en su rostro que hacia dudar a ambas mujeres de su estado, Wainscott y Pomfrey lo miraban preocupadas, querían despertarlo y ver si podían hacer algo, preguntarle que es lo que le causaba tanto dolor, cual era el lugar en el que le dolía,  pero no sabían como reaccionaria el organismo de Potter, quizás ahora solo estaba tomando un descanso y volvería al funcionamiento anterior, incluso si ya no se encontraba muestras del veneno en su sangre, lo mejor sería esperar hasta la mañana, a que él despertara por si solo o si necesitarían de algo más. 


Sentía como el tic y el tac del reloj rebotaban por las paredes hasta llegar a sus oídos, ya llevaba un par de horas despierto y totalmente aburrido, esperando que alguien viniera a verlo para no pensar más de lo necesario, solo necesitaba que alguien viniera o que pasara cualquier cosa, enserio cualquier cosa y todo se sentiría mejor por un momento. En realidad en este momento sentía que no se podía solo, estaba muy débil aún, incluso muy desorientado para tener una conexión de pensamientos decentes, como en la que sabes que si sumas dos y cuatro tendrás seis sin importar cuantas veces lo intentes, no como en las cuales lo intentas mas de dieciocho veces para ver si enserio no cambia... Y no lo hace.

Sabe quién es, eso cree, y dónde está, tal vez, pero no dónde está eso y se sentía completamente estúpido, quería llamar a alguien, pero su garganta dolía y en realidad no sabia a quien llamar.

Sintió un ruido, pero no quiso ver quién era porque no se sentía capas de girar su cabeza sin que esta saliera volando desde su cuello, vio una túnica femenina delante de él, muy formal y supo que no era ninguna de las estudiantes, escuchaba las preguntas que le dirigía y aunque sabia que debía no intentaba responder, su cuerpo le pesaba, eso incluía su boca pero lograba mantenerla cerrada y no babearse porque en lo que le quedaba de cordura sabia que eso se vería realmente desagradable y aunque se le fuera la fuerza en eso no lo haría, le pidió que se volviera a acostar pero él no obedecía incluso cuando lo intentaron recostar, no porque no quisiera, si no porque se sentía inamovible como una montaña.

Pasos y pasos mezclándose con el reloj, muchas personas se acercaban, una de ellas grito su nombre con un chillido de alegría y alivio similar al de una madre, la dulce Hermione, no la podía ver y eso lo estaba frustrando de sobre manera, escuchó como masticaban con la boca abierta mientras intentaban hablar, su primer y mejor amigo Ron, su cuerpo no respondía ni un poco, sintió un aroma dulzón más que conocido bailar hasta su nariz.... 

Malfoy.

¿Malfoy? ¿Que hacia él en ese lugar? Su cuerpo se movió violentamente sin su consentimiento buscando las respuestas a su interrogante, dirigido por el aroma que siempre estuvo entre sus peleas, su favorito.

Poción fallida (Harry x Draco )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora