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Los brazos de sus padres lo sacaron de la calma de la semi muerte, acompañándolo en el vagón hasta que el tren decidiera partir para salir de la estación King cross, le parecía curioso el sentir por primera vez que no estaba roto, que tenia que ocupar ropa de su talla, que podía elegir que comer y donde, que su cuerpo era perfecto y no tenía que ser otra persona para encajar, porque entre aquellos brazos sentía la comprensión envolverlo y su corazón volviendo a latir, se sentía como una nueva oportunidad, como la primera vez que abordo el tren a Hogwart. 

Llevaba horas esperando mientras su mamá jugaba con sus dedos, memorizando el sentir de sus manos y su tamaño, recordando que antes  esas manos habían sido tan pequeña que solo podían sostener uno de sus dedos, su padre lo miraba buscando respuestas pero comprendiendo que el podía tomar la decisión que quisiera y aceptando todo lo que eso conllevaba, pero la cosa es que seguía allí. El tren comenzó a moverse para adentrarlos en un túnel y envolverlos en la oscuridad para traerlo nuevamente a la luz donde un muy mocoso Ron lo esperaba sentado en su cama.

—Desearía que mi cuerpo fuera el de una mujer, sabes—fue lo primero que dijo al despertar, su amigo se sonó fuerte y no hizo ningún intento por hablar—  Él podría amarme, podría sentir al menos alguna atracción por mi. Nunca me había sentido tan inseguro de mi mismo, antes no importaba que hiciera, siempre se fijaban en mi, en parte por ser yo... Yo.... ¿Sera eso? ¿Soy solo eso? 

No parecía que le estuviera hablando a él, pero aun así Ron se sentía inútil, era incapaz de ayudar a su mejor amigo, ni una palabra salía de sus labios que tiritaban llenos de ganas para decir una mísera frase.

— Si fuera una chica sería más fácil, él simplemente podría ceder a sus impulsos, por que al menos tendría algo que le gustara. Soy un chico por completo, nada de lo que tengo le agrada, ni mi forma de ser, ni mi poder, ni mi felicidad, ni mi desgracia y menos mi cuerpo... Pero eso es todo lo que soy, y yo lo amo... Al menos si fuera una chica me podría usar, y podría sentir que es ser de él. Acunaría mis pechos en sus manos, bebería de mi piel, y se metería en mi desgarrándome una y otra vez, y estaría bien, a mi me gustaría, y lo dejaría hacerlo. Y yo lo empaparía de mi, solo eso porque tengo la sensación de que él no es de los que besa sin sentir nada, pero ¡oh Dios! que no daría por sentir como sus labios degustan mi alma...

No se había dado cuenta, estaba acurrucado en su hombro, empapando su suéter con sus lagrimas, con sus manos entre ellos, agarrándolo fuerte hasta hacer doler sus dedos, mientras desgarradores sonidos salían de su garganta. Apretando su abrazo, acercándolo más a él, mordiéndose el labio para no llorar también, tenia que ser fuerte por Harry, como también lo fue para el alguna vez. 

—Esto... Esto es por la amortentia  ¿Cierto?—Su voz estaba rota, se sentía áspera, ronca, quebrada, intangible... Él también lo estaba.

  —No lo es...— Se rindió, empezó a sollozar, la única vez que acude a él y era un fracaso, solo eso podía hacer, compartir su dolor. —Se siente.... Demasiado distinto...

La muerte había sido piadoso con él, le había dado lo que necesitaba, a sus padres, pero también lo había regresado con sus amigos.

Poción fallida (Harry x Draco )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora