Inesperado (FengQing)

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La prestigiosa Universidad Cang se destacaba entre las demás por su completo bloque de carreras que maneja, desde las más demandadas como Medicina hasta las más olvidadas como Ingeniería Biomédica.

Los únicos obstáculos que tendrías que pasar eran, uno: el examen de admisión; no importaba tu rendimiento académico, si lograbas pasar con un mínimo de 500 respuestas correctas de casi 900 preguntas que incluían desde Matemáticas, Gramática, Inglés, Biología, Historia, Geografía, Lengua, entre otros, eras bienvenido. Además de que dependiendo de tus resultados podrías obtener una beca para beneficio propio pero si aceptabas tendrías que mantener un mínimo de esa puntuación.

Aunque esto algunas personas lo resolvían con dinero y eran pocos los jóvenes que se atrevían a enfrentar el examen. 

El segundo obstáculo es: el dinero. Esto para la mayoría de estudiantes no era un problema pues venían de familias poderosas y millonarias, pero para personas como Feng Xin era un calvario. La colegiatura era una cantidad generosa, además de los materiales que se usaban dentro de las prácticas y que variaban de costo según qué estudiabas. Eran gastos que un civil normal no podría darse el lujo de obtener.

Por eso, Feng Xin abrazó de la emoción a Xie Lian cuando la joven beta que anunciaba sus resultados le dijo que podía obtener una beca lo suficiente grande para pagar su carrera. Esa noche durmió tan bien que al día siguiente se sintió como un fénix renaciendo.

Cuando estuvo por primera vez frente a las instalaciones de la universidad quedó maravillado por lo grande y hermosa que era; grandes patios llenos de flores y árboles de diferentes tamaños, edificios enormes con una estética y estructura inmaculada. En su primera clase pensó que por profesores como Mu Qingfang valía la pena pagar tal cantidad de dinero. Los profesores eran de élite como se reconocía fuera de las puertas y el contenido de las clases parecía haber sido cuidadosamente programado para los alumnos. 

Ahora, cuatro años más tarde no tenía ni el tiempo ni las ganas de admirar las hermosas instalaciones.

El Feng Xin del presente caminaba junto a los demás alumnos hacia el auditorio con su ya acostumbrada postura cansada. Era la última hora y verdaderamente no se había dado cuenta cuando el director y personal citaron pero ver a sus compañeros de clase saliendo lo llevó también a caminar, revolviéndose entre el mar de estudiantes.

Un grupo de chicas delante de él volteaba de vez en cuando para después cuchichear entre ellas y soltar varias risitas burlonas, posiblemente, por no vestir de marca y parecer más una mierda andante que persona. "Tks, no son más que niñas mimadas y estiradas", pensó. No había un día en que alguien se burlara de su estado financiero, las veces que esto sucedía no pasaban de burlas y risas a la distancia sin embargo en otras ocasiones algunos alfas le gastaban bromas, destruyendo sus apuntes o escondiendo su mochila.

El celular en su bolsillo vibró haciendo que terminara de maldecir a su alrededor mentalmente, lo sacó sin dudar porque nadie más que Xie Lian le mandaba mensajes o marcaba seguido. Bueno, a veces también Qianqiu.

Era un simple mensaje de Xie Lian diciendo: <<San Lang y yo te estaremos esperando a la derecha del auditorio ^^>>

Contestó con un simple Ok, y siguió caminando hasta entrar al gran salón (como algunos le decían). Regularmente solo se utilizaba para exposiciones ya sea de arte o danzas, debes en cuando figuras importantes dentro del país venían a dar charlas motivadoras de auto-superación, en las cuales Feng Xin aprovechaba dormir; y pocas veces era utilizado para anuncios dados personalmente por el director ya que eran los mismos profesores quienes pasaban la información en su grupo asesorado. Lo que fuera a decir, debía ser algo importante.