Detención 15

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Habían pasado cinco tranquilos días desde que Seokjin había hablado con Namjoon, en los cuales sintió un poco de paz y tranquilidad albergar en su pecho después de tanto tiempo de no sentirse de esa manera. Anteriormente sentía que se ahogaba en un pozo profundo sin salida, al punto de pensar que lo mejor era morir para que todos dejaran de sufrir por su culpa, pero después de estar cinco días seguidos con las constantes visitas de Namjoon durante las mañanas y noches, llenas de palabras dulces de su parte y besos compartidos, pensó que probablemente no estaría mal luchar un poco más tan sólo para vivir siendo mimado por Kim Namjoon y adorado por su madre, quién tampoco había dejado de cuidarlo y consentirlo.

Pero en ese momento, con su vista rondando a diferentes puntos de la habitación y con los pensamientos revueltos por quién estaba a punto de ver, lo tenían sumamente nervioso. Su madre le había preguntado si estaba dispuesto a recibir a los oficiales de policía que se encargarian de tomar su declaración desde allí para iniciar un jucio contra Han Kyung lo más pronto posible. Sabía que si lo posponia hasta que saliera del hospital, el jucio contra Kyung demoraria demasiado, dándole la oportunidad a sus padres de manejar el asunto a su antojo con dinero para liberarlo, así que no se podía dar la dicha de retrasarlo por más que quisiera, tenía que ser valiente y narrar detalladamente lo sucedido más pronto que nunca para que ese hombre reciba el castigo que merece.

Hace media hora que Namjoon se había ido, donde no se le pasó comentarle lo que haría en tan sólo pocos minutos de que él se retirara. Él le brindo su apoyo y confianza, dándole todo el ánimo posible y lo agradeció tanto porque él realmente lo necesitaba. Gracias a él podía ser almenos un poco más fuerte.

Su cuerpo dio un ligero salto y el corazón comenzó a palpitarle con rápidez cuando la puerta se abrió y vio a su madre entrar junto con dos hombres vestidos de traje con colores apagados. Pudo notar que no se veían tan viejos cómo se los imaginó, hasta parecían de la edad de su madre y tal vez no se equivocaba.

—Hola, cariño —Su madre se acercó y tomó su mano— Saluda a los oficiales Choi Siwon y Choi Minho, ellos serán los encargados de tomar tu declaración —Informó señalando a cada hombre con su mano al mencionar sus nombres. Seokjin les sonrió un poco incómodo.

—Mucho gusto, joven Seokjin, es un gusto conocerlo —Habló el hombre llamado Siwon y ambos reverenciaron en forma de saludo. Seokjin hizo lo mismo agachando levemente su cabeza— Su madre nos informó que esta deacuerdo con que tomemos su declaración aquí ante lo sucedido, así que si esta listo, podríamos comenzar inmediatamente.

Seokjin apretó la mano de su madre y esta lo observó con cariño regalandole un sonrisa llena de confianza mientras asentía para así alentarlo a que hablara. Seokjin suspiró pesadamente y dirigió su mirada al par de hombres que se mantenían de pie frente a su cama.

—Estoy listo, podemos comenzar.

(...)

Recordar cada momento con lujo de detalle en su cabeza mientras narraba cada suceso desde que conoció a Kyung, lo lleno de asco, miedo y escalofríos. No fue fácil, para nada, pero tener a su madre a un lado sin soltarle la mano en ningún instante, le dio la fortaleza y valentía para continuar. Hubo momentos donde casi se rompía en llanto, pero agradecía tanto que aquel par de hombres fueran tan comprensivos con él que le daban tiempo para que se tranquilizara o también para preguntarle si se sentía bien con seguir hablando. Fueron tan buenos y amables en todo momento hasta que pudo finalizar su desgracia sin faltarle nada.

Estaba cansado, pero aún faltaba una visita más por recibir.

Seo Yeji, la mujer a la que visitaba desde sus ocho años para sus terapias semanales que después se convirtieron en mensuales a medida que la mujer veía un avance, entró por la puerta. La recibió con una sonrisa después de no haberla visto desde hace casi medio año, cuando pensó que dejar sus terapias era lo mejor porque ya se sentía lo suficientemente recuperado.

Detención; NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora