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"𝒉𝒆𝒂𝒗𝒆𝒏 𝒊𝒔 𝒂 𝒑𝒍𝒂𝒄𝒆 𝒐𝒏 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕𝒉 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒚𝒐𝒖"
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Un escalofrío se esparció a largo de su columna vertebral.
Aquella voz cuya melodía envolvió su audición lo transportó a recordar cada sueño del que despertaba para estrellarse con la sombría realidad que le rodeaba, pero, por esta vez, estaba despierto. O al menos, eso creía.
Respirar ya no parecía ser esencial.
En cambio, entender que estaba pasando, sí.
Su mente volvió al momento de Wanda teniendo un quiebre emocional, llevándolo a aparecer en aquella habitación antigua.
Parpadeo repetidas veces, pero el color blanco y negro continuó adherido a todo.
Se planteó que tal vez había muerto. La estética del paraíso le causó algo de decepción, pero de no ser por esa voz...
—¡AHH! —Bucky gritó cuando sintió una mano apoyarse en su hombro.
Aterrorizado, instintivamente quiso correr pero cayó, amortiguado por sus propias manos.
Unos pasos socorrieron hasta él.
—Santo cielo, ¿te encuentras bien?
Lo único que Bucky visibilizó del contrario fueron los relucientes zapatos de vestir que vestía.
El castaño se armó de coraje y miró hacía arriba, encontrándose con un cuerpo voluminoso cubierto por un traje claro de color indistinguible. Vio entonces aquel rostro, tan familiar y añorado.
Se puso de pie, sin apartar sus ojos de los contrarios, hasta quedar cara a cara.
Cada pequeño detalle seguía ahí, tal y como recordaba.
Sin aliento, posó ambas manos alrededor de su cara, tangible y cálida al tacto.
—Steve... —musito y lo envolvió en un fuerte brazos.
Se sentía tan bien. Glorioso.
Lejos estaba de sus intenciones el soltarse.
—Me encantaría permanecer así por más tiempo, pero apenas puedo respirar, Buck.
