𝐎𝐂𝐇𝐎.

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𝗩𝗜𝗜𝗜

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𝗩𝗜𝗜𝗜.
───𝗶𝗹𝗹𝗶𝗰𝗶𝘁 𝗮𝗳𝗳𝗮𝗶𝗿𝘀───


La lúgubre visión otorgada por la luna aquella noche no imposibilito para James vislumbrar a la mismísima Agatha Harkness en aquel penumbroso bosque, atada en un poste, rodeada de leña ansiada por arder. 

El deseo en James tanto como en Wanda de atacar a Agatha persistía en mente, pero en cuerpo, eran incapaces de ejecutarlo. Eran simples espectadores, ese era su único motivo allí.

Su imploro acabó inconcluso. Agatha arrasó con cada uno de los miembros del aquelarre, absorbiendo el poder de cada una para abandonar el lugar.

Una ráfaga atrajo nuevamente al trío de vuelta al santuario de Westview.

—¿¡Dónde está mi hija!? —gruñó Bucky, atado de manos por aquella energía magnética púrpura— ¿Qué diablos fue aquel recuerdo que nos enseñaste?

—Considero que es de buena educación presentarse por quien uno realmente —replicó, tranquila—, y ustedes aún no lo han hecho, cariño.

—No nos apetece hacerlo —refutó Wanda, soplando un mechón de su propio cabello que estorbaba en su boca.

—Bien. Lo averiguaré yo misma. —con una sacudida de mano, abrió una puerta detrás suyo— Empezamos por ti —se refirió a Bucky—. Veamos qué recuerdos borrascosos vividos a lo largo de la vida del melancólico sargento en el tiempo equivocado nos aguardan. 

Con un movimiento de sus dedos, ella lo atrajo por los aires a su lado, y una de las puertas detrás suyo se abrió, mostrando un extrañamente familiar altanero callejón dentro.

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó Wanda, pero fue ignorada. Agatha continuó hasta adentrarse por la puerta con él— ¡No! ¡Bucky!

1928.

El calor emanado del pan recién horneado generaba sudoración del papel envoltorio del mismo, siendo esto una molesta sensación para Bucky; quien lo cargaba con una mano contra su pecho. 

Algo tan insignificante como eso bastaba para molestarlo sin más, sumándo que debía esquivar los charcos de lodo debido a la llovizna acaecida la noche anterior.

El joven Bucky continuaba indignado por la ingeniosa idea de su madre de enviarlo a relizar unas compras el mismo dia de su onceavo cumpleaños, lo considero ofensivo, sujeto a la creencia de que aquel día los demás debían estar a disposición de deberes como esos que lo apartaran de su especial posición de cumpleañero mimado.

Toda indignación en él se esfumó cuando se percató de algo inusual. 

Un grupo de jóvenes, que aparentaba próximos a su edad, estaban rodeando un enorme tacho de basura. Estaban mofándose de algo hasta entonces desconocido por el castaño, debido a que con sus cuerpos apretujados bloqueaban el centro de burlas.

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2023 ⏰

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𝐁𝐔𝐂𝐊𝐘'𝐒 𝐕𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 ⇢ 𝘴𝘵𝘶𝘤𝘬𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora