𝐃𝐎𝐒.

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El castaño se despertó, pero se aferró a la oscuridad

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El castaño se despertó, pero se aferró a la oscuridad. Abstenido en abrir los ojos, evitaba querer encontrarse que todo no había sido real.

Un olor a apetecible comida mañanera invadió su nariz, tentándolo pero no lo suficiente como para encontrarse con la desilusión.

Entonces, oyó un grito que hundió su corazón hasta el estómago.

—¡Buck! —lo llamó Steve a la distancia—. El desayuno esta listo.

Su cuerpo reaccionó sin instrucciones, y sus ojos se abrieron con tal fuerza que le dolió.

Miró a su alrededor. Seguía en la misma habitación de la noche anterior.

Era real.

Bajó a la cocina y sonrió ante la imagen que presenció.

Con el delantal atado con cuidado por su cintura, Steve batía minuciosamente los huevos revueltos. Su cabello, además, estaba un poco despeinado, y los rayos del sol se cernían sobre él. 

—Huele delicioso.

Steve se giró a verlo y sonrió. —Buenos días, dormilón. Te llamé en reiteradas ocasiones, por un momento creí que la cama te absorbió.

—No dormía así de bien en años —contestó con una vaga sonrisa.

—Iré a la oficina —anunció, sirviendo los platos—. Espero que mis cualidades y mi mejor traje me ayuden a dar una buena impresión.

—Tengo la enorme certeza de que obtendrás el puesto.

—Eres el mejor —sonrío. Recordó algo, y sacó un sobre de su bolsillo para dejarlo en la mesa—. Casi olvido darte esto, llegó esta mañana. Es para ti.

Extrañado, Bucky lo tomó. El sobre que lo cubría tenía detalles bordados en los bordes color dorado, y en la esquina inferior estaba su nombre.

—Vaya —dijo sorprendido cuando lo abrió—. Me invitaron como espectador de un show de talentos para una recaudación de fondos, y es hoy.

—¡Fantástico! Ve.

—No lo sé... —dudó inseguro, pero entonces pensó que sería una grata oportunidad para encajar en su nuevo hogar al extender sus lazos— ¿Sabes? Te haré caso. Iré.

—Ese es el espíritu —contestó alegre, y se levantó mirando su reloj—. Debo irme ya.

Plantó un beso en la frente de su esposo y se marchó.

Hubo terminado los restos en su plato, Bucky subió a cambiarse para estar presentable en el comité.

Arregló los últimos detalles de su cabello frente al espejo junto a la puerta de salida y acomodó su saco con determinación, cuando oyó un pequeño disturbio en la calle.

Salió preocupado, y vislumbró a Wanda al frente. Era la única en la totalidad de la calle, además de él mismo. Bucky juró ver un objeto colorido sostenido entre sus manos, sus ojos se abrieron levemente en sorpresa.

𝐁𝐔𝐂𝐊𝐘'𝐒 𝐕𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 ⇢ 𝘴𝘵𝘶𝘤𝘬𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora