SuperHuman: We Are NCT© [OT23] ||Luwoo|| EDITANDO

Cuarenta y Cuatro

Después de tales revelaciones hechas por el Sr. Kang, decidiendo que ya era hora de subir y ver en todo lo que se ha convertido su pequeño imperio en todos estos años.

Mientras estos suben por el ascensor, Suho se haya correteando por los pasillos del cuarto piso. El tonto de Sehun olvidó la copia de su tesis en su escritorio y lo necesita justo en ese momento con su mentor. Quiso volverse pero el mayor no lo dejo, le dijo que él lo buscará, prometiéndole que volverá.

Sabe que en la sala de conferencias, el cual justo se haya en el mismo piso, están todos los trabajadores del lado oscuro mientras lo ingenuos en algunos de los primeros pisos. Él solo quiere tomar la carpeta de su menor y largarse de ahí.

Llega a su oficina y toma lo buscado, se devuelve y cierra la puerta con seguro. Se va devolviendo con rapidez.

Del otro lado del pasillo, los científicos con su líder y sus "creaciones" justo salieron del ascensor.

-Se ve bastante presentable -asumió Song, analizando todos los pasillos.

-Presentable mi trasero, faltaron unas joyas para adornar las paredes mejor, ¿Y qué me dices de las luces? ¿Dónde están los diamantes? -opinó V sin pelos en la lengua, mirando sus dedos plagados de brillantes anillos.

-Tienes razón, tal vez debería de agregarle algo de oro para hacernos sentir más motivados -se ríe el Sr. Kang complacido con sus criaturas.

Aquellos dos parecían ser los más "normales" ya que al menos hablaban entre ellos. Están otros como Mina, la cual solo camina mirando un punto fijo al frente, sin emitir ni un sonido como si fuese una siniestra sombra o Kai, que balbucea varias cosas extrañas y a veces de pronto estalla a carcajadas, y solo es calmado porque Song se harta y le golpea con su bastón.

Convivir con ellos, sin duda alguna, será una de las experiencias más raras de toda la vida de los científicos.

-A este se le zafó un tornillo -murmuró el pelirubio, viendo como el moreno se quedó mirando un punto fijo en la pared sin moverse, absorto como si fuese interesante.

-Ravi, tráelo.

-Si, maestro -asintió y sin espera tomó el cuello de la camisa del peliverde para arrastrarlo a fuerzas siguiendo a los demás.

Suho, quien se haya del otro lado escucha unas cuantas voces del otro lado del pasillo y se queda estático contra la pared aturdido.

«¡Deben de ser ellos!» Su mente entró en alerta y mira a los lados confundidos «Debo ir por otro camino»

Cuando gira sobre sus talones para marcharse escucha unos pasos apresurados que llegaron hasta donde están aquellos seres desconocidos y jamás antes visto ante él. Solo oye como alguien cae junto a papales y risas descaradas. No quiso prestarle atención a la charla, ya que no es de su incumbencia, hasta que escuchó de quién se trataba.