Veinticuatro

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—Mamá, ¿A dónde vamos? —le preguntó un insistente niño pelirubio de piel clara, jalando la bata blanca de su progenitora. Este dúo acababa de adentrarse a un extraño lugar para el pequeño, los pasillos blancos y pálidos, totalmente extraños para sus ojos. Se ve todo tan siniestro y solitario. Incluso sus pasos hacían eco cuando pasaban.

La mayor se agachó a la altura del menor y lo toma de las manos. —Solo voy a recoger unos papeles, mi niño. Pórtate bien y no hagas mucho ruido, ¿si?

—Esta bien... —asiente con desgano. «Ya no podré jugar»

—Si te portas bien te compraré un helado, ¿si?

—¡Sí! —asiente más enérgico.

—Buen niño —le acaricia su cabello y vuelve a ponerse de pie. Lo toma de la mano y caminan hasta llegar a una de las tantas puertas. Ella toca y espera hasta que alguien del otro lado le abre. —Buenos días, señor Kang. Dígame, ¿para qué me llamo?

Un hombre viejo, de unos aparente treinta y pico de años se muestra. Jungwoo no sabe porqué pero tiembla al ver la sonrisa del mayor, se ve tan terrorífico. Se esconde tímido detrás de su mamá.

—Buenos días, señora Lee —le contesta cortésmente. Le envía una mirada al niño. —En realidad es algo privado.

Ella asiente entendiendo a lo que él se refiere y se dirige al menor.

—Mi pequeño Woo, ¿Puedes quedarte sentado en esta banca hasta que salga?

El niño asiente enérgico. —¡Claro! ¡Pero por cinco helados!

—Dos.

—Cuatro.

—Dos.

—Tres, tómalo o déjalo, mamá.

—Esta bien —asiente rendida. —Que sean tres.

La madre sienta al niño en la banca y le vuelve a recordar que no debe de moverse de ahí. Cuando ella entra a la oficina junto a aquel hombre el pequeño mira a sus alrededores sintiendo un extraño escalofrío.

De pronto escucha pasos resonar por los pasillos. Con curiosidad pero temblando como papel se levanta de la silla y se encamina hacia las voces que se escuchan más cercanas.

Cuando va a doblar en un pasillo ve a unos hombres vestidos como su mamá y se esconde detrás de la pared. «¿Los doctores son tan terroríficos?» Pensó confundido. En las caricaturas que ve en la televisión se ven tan amables y sonrientes pero en la vida real parecen tan diferentes.

—¿No han encontrado nada? —cuestionó uno con sorpresa hacia los demás.

—Lo sentimos, científico Lee. Pero su esposa e hijo desaparecieron de la faz de la tierra —se disculpó uno con pena.

SuperHuman: We Are NCT© [OT23] ||Luwoo|| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora