病気
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.Capítulo 8: puerta.
Bueno, decir que tenía curiosidad y nervios era lo de menos. El muchacho no sabía que hacer, de hecho, estaba casi inmóvil, manteniendo su mano en la manija de la puerta principal de aquella clínica dónde casi todos los días iba exceptuado por los sábados y domingos, pues evidentemente, la psicóloga Hange Zoe, o más bien, Hange Ackerman, debía descansar.
Había olvidado por un momento aquel pequeño detalle. Que si bien era pequeño, podía decir mucho de la situación.
Hange Ackerman, ¿La cuñada? ¿La madrastra? ¿La tía postiza? Realmente lo dudaba. Tenía muchas dudas, no sabía exactamente qué pensar.
Su psicóloga siempre le decía que prefería que le dijeran por su nombre de soltera, pese a estar casada hace unos años. Claro, luego de eso dejó por completo de lado el hecho de que estaba casada con alguien de apellido Ackerman.Que mundo más pequeño. Demasiado pequeño. Aún sorprendido, sabía que detrás de aquella puerta se encontraba su querida amiga, y pese a ser algo que anhelaba que ocurriera, tal vez no estaba listo del todo. Podría fingir haber olvidado algo, ¿No es así? Tan solo para despejar dudas. Sí, solo eso..
Pero él mismo terminaba frenándose, ¿Por qué? Porque era cobarde e inseguro. Eso mismo lo llevó a soltar la manija de la puerta, alejándose un poco. Sentía ligeras voces que decían que debía dejar la cobardía e intentar entrar nuevamente, fingir que debe ir al baño o simplemente cambiar los turnos, pero la otra voz le decía que era mejor alejarse, irse y no mirar hacia atrás.Mentiría si diría que aquello no lo estaba por volver loco por completo, porque sí, estaba enloqueciendo. Y es por ello mismo que cerró sus ojos y suspiró, tratando de calmarse y analizar bien la situación, tal vez era lo mejor que podía hacer. Tal vez era la mejor opción, ¿No es así?
Del otro lado de la puerta, la muchacha con la capucha estaba algo descarrilada. Era una mujer de pocas palabras, y más en aquella situación. Por un lado, Hange hablaba con su tío y no lo soltaba en ningún momento, no le preguntaban muchas cosas así que, eso le parecía algo bueno y la mantenía callada. Por otra parte, seguía en duda de si podía ser Eren quien se acababa de ir o si simplemente fue pura casualidad que tuviera ese chico una voz tan parecida.
Era normal, la gente puede llegar a tener una voz similar a la de otras personas.
Eso quería creer.
No era como si no deseara verlo, pero estaba completamente desarreglada, con unas botas, un pantalón suelto de color azul, una blusa y la campera beige holgada, también algo gastada. No tenía mucha ropa, no gastaba su dinero en ropa ya que prefería ahorrar o gastar el dinero en algo que creía aún más necesario que eso.La ropa era lo de menos, creía.. sus ojeras eran el problema. Su rostro en sí, su cabello también. Su cabello estaba algo despeinado y había engordado un poco, no tanto, pero engordar le afectaba tanto que le daba pena el simple hecho de existir. Así que, que el chico que probablemente le gustaba la viera así sería arruinar por completo la poca dignidad que le quedaba en su ser.
Además, tal vez le parecería desagradable el estado en el cuál ella se encontraba. O tal vez solo era la pura imaginación de ella.
Pero salió de aquellos pensamientos al oír lo que dijo su.. ¿Tía? ¿Podría decirle tía? Bueno, Hange.-" me dieron un pequeño descanso ya que la cita que tenía hoy canceló, así que.. vamos a mi casa, tal vez podamos desayunar juntos y luego volveré al trabajo, ¿Si? — tomó del brazo a ambos, quedando así ella en el medio. Se la veía tan feliz y animada. La admiraba.
Admiraba como podía soportar los problemas ajenos e intentar no pensar en sus propios problemas. Realmente admiraba a la gente que se dedicaba tanto a la psicología como a la medicina, no era algo fácil, para nada.
Y sin darse cuenta de que nuevamente se había perdido en sus pensamientos, reaccionó, percatándose de que Levi estaba abriendo como podía la puerta de salida.
Nuevamente, el escalofrío recorrió su cuerpo, mientras que sentía sus mejillas arder.

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ENFERMOS. - Erenmika
De Todomikasa ackerman, diagnosticada con depresión, trastornos de ansiedad, anorexia nerviosa y trastorno de pánico. eren jaeger, diagnosticado con depresión, ansiedad, esquizofrenia y bipolaridad. viviendo a kilómetros de distancia, logran conocerse grac...