Capítulo Cuatro

1.4K 252 11
                                    

Historia Original de LYSDijoElRM





















MEW

—¿Y de dónde conoces al
chaperón?

—¿A quién? Ah, traeme papas también –saqué el dinero y lo dejé sobre nuestro escritorio.

—El chaperón, el chico que
siempre está tras Yaya, ese
que dijo que le gustabas. A
decir verdad, nunca sospeché que fuera gay, es más, creía que le tenía ganas a nuestra compañera.

—Yo no lo conozco. Y mejor
traeme doritos, pero con sabor picante, ese está bueno.
Rápido, se acaba el recreo.

Él tomó mi dinero pero se
inclinó más sobre mi —Y si no lo conoces, por qué se te
confesó

—Ahí cuando le veas, le
preguntas a él –sonreí —¿Vas por mi comida o prefieres
quedarte hablando de lo
increíble que es que la gente
se enamore de mi con tan solo verme?

Sus ojos ya no estaban en mi, miraba hacia la salida —¿Qué? –miré también.

—Ya que lo veo, le voy a preguntar –sonrió,
levantándose y yendo hacia el chico pelinegro que estaba
frente a nuestra puerta.

—Hola –saludó y dió un
vistazo rápido hacia mí —
¿Puedo pasar para hablar con Mew?

—Claro, pasa. –Mi amigo se
movió y el muchacho entró.

Caminó para donde yo estaba, pero no dejó de ver detrás suyo. Al parecer, Mike le causaba desconfianza.

—Soy Mike D'Angelo, por cierto.

El asintió y directamente se
dirigió a mí —¿Puedo hablar
contigo?

—Si, puedes sentarte –señalé
el lugar vacío a mi lado.

—Tú tienes nombre o tenemos que adivinarlo? –Mike seguía hablando sin
notar que el chico intentaba
ignorarlo.

Él se sentó —¿Podemos hablar a solas..? –su pedido me sorprendió y lo demostré con mi rostro. ¿Acaso era verdad que yo le gustaba?

Miré a Mike —Él ya debe irse, así que quedaremos a solas.

Mike bufó fastidiado, sabiéndose de más —Okey,
pero no se vayan a besar en el salón. –dijo, saliendo de éste.

Volví mi vista al pelinegro,
rápidamente se hizo un poco
hacia atrás y agitó sus manos
—No, no. Oye, de eso quiero
hablar, de lo de esta mañana.

Con mi codo en la mesa,
sostuve mi cabeza con la mano, para mirarlo con una sonrisa ladeada. No, este chico no gustaba de mí, ni siquiera veía signos de enamoramiento ni nada.

—Quiero oírte –lo miré con
gracia. Eso no significaba que no me podía burlar de su masculinidad frágil, intentando causar algún gay
panic en él.

Reí por mis adentros, cuando
él aclaró su garganta y jugó
con sus manos. SÍ, se había
puesto nervioso.

—Yo, ah... Pues, verá... –me
miró como pensando qué era
lo primero que debía decir — A-Antes que nada, no soy gay. –por supuesto que sería eso.

—Ya sé. Supongo que ahora
me vas a explicar por qué gritaste eso. –alcé una ceja.

—Ajá... De hecho, se lo iba a
decir a otra persona...

—¿A quién?

—E-Eso no importa, ya no
importa.

—¿No importa? Vamos, pusiste todo de ti para gritarle a Yaya que ella te gustaba y te salió mal, claro que importa.

—Sí, pero ahora ella piensa
que soy gay y... –habló rápido, hasta que notó el detalle —¿Cómo su-supiste que era Yaya?

—¿Cómo no lo supo ella? –reí.

—Ja, sabía que le gustaba Yaya –miré al suelo, Mike
estaba de rodillas a mi lado.

El chico se levantó con
espanto, mirándolo —¡¿Qué
haces?!

—Me arrastré hasta aquí para escucharlos, dah.

—¡Imbecil! ¡Era privado!

—No me culpes –se levantó —realmente creí que se iban a besar.

—¡¿Qué pasa contigo?!

—Ya, chico. –me levanté y puse mi mano en su hombro,
haciendo presión para
sentarlo de nuevo. Me senté —Ninguno le dirá nada a Yaya. Lo oirá de ti cuando estés listo, ¿verdad Mike? –lo miré. ÉI bufó y se levantó, asintiendo.

—Okey, gracias por eso...
Supongo que es to-

—¡¡Phi!! –cuatro chicas que conocía del club de literatura aparecieron y se acercaron. Se veían devastadas. —¡Jai tiene conjuntivitis!

—¡¿Eh?! Pero hoy teníamos
que tomar su foto para la
portada.

—Lo sé –lloriqueó —Lo
necesito con urgencia para
mañana, ¿qué haré ahora, Phi?

—Le dije que teníamos que
buscar otro chico, pero.. –
habló otra.

—Pero no encontramos a
ninguno que pueda estar esta
tarde para eso –volvió a hablar la primera —Además,
tiene que ser un chico alto, de cabello negro y elegante, así como mi protagonista, ¡incluso le había conseguido el atuendo!

—Lo siento mucho, yo
realmente quería ayudarte en esto –me lamenté, pues yo
soy del club de fotografía y le
había ofrecido mi ayuda para
la foto de su portada.

—¡Qué haré ahora?! – gritoneó.

—¡Goy, lo tengo! –Mike
interrumpió –Tengo la
solución para esto y al chico
indicado.

Todos lo miramos y Goy se alegró, dando un salto —
¡¿Quién Phi?!

—Perooo, a cambio de que él
lo haga, no vas a rechazar salir conmigo a una cita esta vez.

—¡Mike! –regañamos todos
al unísono.

—¿Qué? ¿Es justo, o no?

—Está bien, está bien. –calmó Goy —Acepto. ¿Entonces?

—Él –señaló al chico a mi
lado.

—¿¿Yo??

Goy y las otras chicas se
acercaron y lo observaron
bien. Ella dió un grito eufórico. —¡Este chico es perfecto! ¡Gracias!

—¡Qué gracias ni que nada!
Yo no dije que lo haría.

—Ah, pero yo sé algo que tú
no quieres que se sepa –Mike
se cruzó de brazos y sonrió
malévolo.

—Tú, pedazo de... –gruñó.

—Mike.. –quise regañar, pero lo cierto era que necesitábamos a alguien, y éste chico daba la talla
perfecta.

—¡Por favor, por favor! –
rogaron las chicas.

Él me miró de repente, con
pena, como si esperara que yo diera la última palabra.

—Será una tarde divertida, te
lo prometo. –aseguré con una
sonrisa.

Él apretó los labios y después:

—Está bien, puedo hacerlo.

¿HETEROSEXUAL? MEWGULF ADAPTACIÓN FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora