¿HETEROSEXUAL? MEWGULF ADAPTACIÓN FINALIZADA

Capítulo 51

Historia Original de LYSDijoElRM

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Damos inicio a la maratón de hoy.
Disfrutenla!!

DEL

—Amp, hasta que atiendes.
Llevaba llamándola por bastante tiempo.

—Si, lo siento, estaba algo
ocupada.

—¿Pero estás bien?

Escuché que empezó a caminar, y después de un momento volvió a hablar.

—Del, algo no anda bien.

Me senté en la cama —¿Qué pasa? Estás asustandome, Amp.

—Creo que debo irme de aquí.
–dijo aún más bajo.

—¿Irte? ¿A qué te refieres?

—Me asusta, Del, él realmente me asusta.

—¿Sunan? Por favor, dime que no volvió a golpearte.

—No es eso... ¿Qué debí haber
hecho?

—Dios, Amp, no divagues, dime qué pasa. ¿Dónde está Yaya?

—No sé bien.

Me levanté, dejando el celular en altavoz para comenzar a vestirme.

—¿Ella está bien?

—No sé ella discutió con Sunan primero, después salió de su cuarto y pelearon peor.

—¿Golpeó a Yaya? –tomé el celular y las llaves del auto.

—Él siempre golpea a Yaya.

Me detuve —¿Qué? Amp, ¿me estás tomando el pelo? ¡¿Dónde mierda estás tú?!

—Corrí a mi habitación. Tengo miedo.

—No, no, ¿miedo? ¿Dejaste sola a tu hija con ese imbecil por miedo? –traté de calmarme, no quería hacerla sentir peor —Voy para allá, Amp, ustedes dos van a venir conmigo.

—Está todo silencioso, de repente. Eso da miedo. Ah, ¡ven rápido!

Le hubiera pedido que salga de la habitación y que vea que pasaba, pero la he visto en estas situaciones, ella simplemente no puede hacer otra cosa más que ocultarse.

Me puse nerviosa —Sólo esperame ahí, ¿sí? No te muevas.

Colgué y le marqué a Yaya mientras salía de la casa, y me dirigía al auto.

Ella no atendía, Gulf tenía razón.

Conduje y llegué en poco tiempo.

Bajé y fuí corriendo a tocar el
timbre, con insistencia.

Mi dedo no saldría de ahí hasta que abrieran.

—¡Amp!

La puerta se abrió y me alejé, era Sunan. –¿Por qué tocas así? ¿Estás loca? –su mano estaba rodeada por un trapo de cocina. La escondió detrás suyo cuando notó que la miraba. —¿Qué quieres, Del?

—Vengo por Amp y Yaya.

—Ellas duermen, pasate otro día –quiso cerrar, pero me adelanté y lo evité, ejerciendo fuerza con mi mano. —¿Qué haces? ¿No
escuchaste bien?