"Ojalá hubieras evitado entrar en confianza con nosotros, conmigo... estar efímeramente a tu lado me hizo sentir como esa frase que alguna vez me dijiste 'Después de probar la primera vez, quieres volver a sentir justo esa sensación, pero por más que lo intentes tres o cuatro veces, no volverá a sentirse igual'; cuánta razón tenías."
Dicen que el destino suele hacer de las suyas, que cuando te toca, te toca.
Sin decirle a nadie, yo te había notado.
Esa pose de badboy en el pasillo junto al balcón mientras esperabas a tu amigo -que también era mi amigo- me había distraído de mi clase la primera vez, y la segunda, y las que siguieron a esa.
De chico malo no tenías nada, tu semblante serio no daba miedo extrañamente sólo me hacía pensar en lo interesante que podías ser, tu ropa holgada, tu figura delgada y tu cabello negro, nunca me gustó que los hombres tuvieran el cabello tan largo, pero el tuyo no lo estaba, aunque tampoco tenías el cabello corto, caía por tu sien dándote un estilo puro de ti.
Lamento compararte con el chico malo, el badboy... he leído muchos libros y es la comparación más exacta que puedo hacer.
Poco después me enteré que esperabas a nuestro amigo para fumar un poco fuera de la escuela, nunca me opuse a lo que hacían pues eran ustedes los que se mataban poco a poco, secretamente me gustaba cómo te veías al hacerlo, pero eso no quiere decir que esté bien.
No entendía cómo podía tener esos pensamientos de ti.
Tenía el corazón roto por haber cortado con mi novio, no hacía más que estudiar y estudiar, eso era lo que mantenía mi cabeza ocupada y de la nada llegabas y me distraías.
Claramente el corazón me dolía, mi mente me pedía no pensar en lo que me desanimaba, y tú ahí de impostor robándome suspiros en secreto, ¿qué clase de ser humano eres?
Así comenzó sin querer nuestra historia, o ¿mi historia? ¿hubo alguna vez un nosotros?
Preguntas y preguntas, no estoy aquí para responderlas, estoy aquí para dejar ir lo que me hizo sentir bien en algún momento.
Para dejarte ir.
Maldito destino con sus juegos.
Malditas mis decisiones por haberme acercado a ti.
Maldita la primera vez que me hablaste, porque sí, fue él quien me habló.
Maldita sean las fiestas a las que fuimos.
Maldito juego macabro el que jugamos.
Maldita tu forma de haberte ido.
Malditos tus sentimientos que me correspondieron.
Maldito lo efímero.
Maldita tu forma de haberme tratado, de hacerme sentir lo más importante.
Maldita sea la manera tan bien en la que me hiciste sentir.
Bendito tú por existir.
Hubiera preferido quedarme mirando de lejos, de algún modo te veías mejor así.

ESTÁS LEYENDO
El click incorrecto | Nadie muere de amor
القصة القصيرةApuesto a que te han roto el corazón ¿gané? Déjame decirte que a mí también y que ha sido la cosa más rara que ha pasado en mi vida. Es que nunca te imaginas con quién, cómo o en qué momento surgirá eso que llaman química, magia o aquel "click" que...