02:Omega

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𝐸𝑛 𝑢𝑛 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑏𝑎𝑟𝑟𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑂𝑠𝑎𝑘𝑎.

—Omega inservible ¡de rodillas! –uso la voz de mando aquel alfa con un pequeño omega que ya asía en el piso con un hilo de sangre en los labios y nariz, el pequeño no tuvo opción más que obedecer.

—No entiendo cómo pude tener un hijo tan inservible e inútil, sabes, lo único bueno de esto fueron las folladas que le di a tu madre, era una omega hermosa pero después se volvió inservible e inútil al igual que tú, deshacerme de ella pues ya no me servía –el alfa decía todo aquello mientras tomaba una botella de alcohol.

—P-papá...No hables así de mamá –el omega temblaba en su lugar mientras que inconscientemente soltaba sus feromonas agridulces.

—No me llames así, me da asco que sepan que eres mi hijo ¡que no te vez! Sí, eres un omega puro pero defectuoso, que clase de omega de alto rango tiene ese olor que se siente picante y dulce ¡da Asco! –el alfa pateo al omega en el estómago asiendo que este volviera a caer al piso con lágrimas en los ojos.

–Pa-Par-Ahg! –el omega suprimió un grito de dolor al sentir otra patada en su estómago.

—Inútil ¡largo, no te quiero ver! –el pequeño omega peliverde se paró como pudo y tomó difícilmente su mochila que estaba en la entrada, eran apenas las nueve y treinta de la mañana y su padre había llegado borracho a golpearlo, otra vez, no había logrado irse antes de que llegara.

Tomo sus cosas con pesadez y salió de aquel departamento, se sentía mareado, presentía que en cualquier momento caería inconsciente.

Pero debía ir a clases en su universidad, si quería salir de aquel infierno debía esforzarse más que nadie, pero últimamente todo se sentía sin sentido.

Su padre tenía razón, el era un Omega de rango muy alto pero defectuoso ya que los omegas "Normales" deben tener aromas dulces y cálidos, su olor era todo lo contrario.

Nadie se le acercaba, nadie lo quería cerca, estaba completamente solo.

El omega caminaba inconscientemente a el centro de Osaka mientras los minutos pasaban, no estaba en sus cinco sentidos pero algo le decía que debía estar ahí.

De pronto todo se puso negro, no sentía su cuerpo, solo aquel frío pisó mientras escuchaba un auto frenar.

¿Acaso este era el final? O el comienzo?

Sensaciones inexplicables sentía aún estando inconsciente, ¿calidez? ¿Protección? ¿Felicidad?

Sintió como alguien lo levantó del piso, lo puso entre sus brazos, ahí lo supo sin ser consiente de si mismo, acorrucándose más en el pecho algo abultado y ancho.

Enigma ; Katsudeku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora