Enigma ; Katsudeku.

27:Estar solo

Katsuki se dirigía a la habitación con su labios temblando ¿como debería iniciar? Su precioso Omega no merecía toda esta mierda.

Al estar enfrente de la puerta de la habitación dudo en abrirla e evadir aquella conversación pero tomo valor y con un enorme suspiro entró a al cuarto viendo las  paredes y luces blancas que iluminaban la camilla que estaba en medio de las cuatro paredes.

Su Omega estaba recostada en ella con sus ojos cerrados, su cuerpo solo lo cubría una bata azul que al parecer debajo de ella solo lo cubrían vendas en su abdomen y claro tenía suero inyectado en sus venas, odiaba ver esa imagen.

—Bebé –llamo Katsuki a Izuku y este de inmediato habría los ojos para mirarlo preocupado —¿Que pasa, cariño? –pregunto el Enigma a tal expresión que le hacía torturar su corazón.

—Kacchan –fue lo único que dijo el Omega con voz entrecortada mientas se abalanzaba a Katsuki que ya estaba a lado de la camilla aún que este movimiento le provocó un quejido por la recién operación y trasferencia de sangre.

El Enigma recibió aquel abrazo con sorpresa y preocupación al notar el quejido de su Omega y las lágrimas que la estaban mojando su hombro, no aparto a Izuku si no que igual envolvió sus brazos en su cintura con un ligero apretón.

No estaba listo para decirle a su Omega que tal vez no tendrían una familia, Izuku ahora estaba sensible por la situación que sucedió ¿como todo se puedo ir a la mierda en segundos?  No quería que la situación se tornará peor, pero era necesaria aquella conversación para el bien de su Omega.

—Izuku, mi amor, perdóname, por favor perdóname por provocarte esto, si tan solo yo...–Katsuki tampoco pudo aguantar sus lágrimas mientras sostenía el cuerpo de su frágil Omega, como al hablar se tenso y aferro su contacto, como inconsciente su brazo bajo al vientre del Omega y lo empezaba a tocar ligeramente, para Izuku era más que doloroso este tipo de acciones que venían dirigidas del Enigma.

—No llores, estoy bien ahora, lo que sucedió es comprensible si alguien más me hubiera mordido y casi muero por la marca y tu no podrías hacer nada para hacerme sentir mejor, claro que te tomarías venganza, ese fue tu pasado pero ahora estamos en el presente y estamos bien, estoy bien. –dijo el Omega intentando calmar a Katsuki que comenzaba a acariciar con la presión su abdomen y sacaba pequeños gruñidos.

—No digas esas cosas, y claro que antes era un  estúpido pero si quería hacer algo lo hubiera echo conmigo, tu no tenias nada que ver en esto –ambos se separaron del abrazo y el Omega que ya había calmado su llanto le dio una gran sonrisa a Katsuki mientras se acercaba a sus labios a besarlos.

El Enigma sentía como su corazón  se caía a pedazos, no todo su llanto y amargura era por el accidente, también tenia  relación con lo que tenia que  hablar con Izuku, ver a su chido intentando darle ánimos era una tortura.

—Acuéstate te vas a lastimar si seguimos en esta posición –el Omega soltó una ligera risa para recostarse nuevamente con ayuda del Enigma en la camilla mientras este tomaba haciendo alado.