Enigma ; Katsudeku.

32:Una larga noche

Las pijamas que anteriormente tenia el Enigma y el Omega ahora estaban tiradas en el piso, las paredes que los rodeaban estaban deteniendo los jadeos y gemidos profundos que soltaba Izuku y retenía  las maldiciones que decía de vez en cuando el Enigma.

—Ahhg~ –Izuku soltó un gemido de placer  al sentir como el Enigma que  estaba sobre de él dejaba un camino de besos desde su cuello hasta su cintura.

—Date vuelta –ordenó el Enigma con la voz de mando, Izuku obediente de inmediato se dio la vuelta con movimientos torpes y su mente en blanco solo enfocado en el placer que ahora mismo Katsuki le estaba dando.

—¿Te tocaste aquí mientras no estaba? –pregunto el Enigma dándole una bofetada en las nalgas al Omega mientras tocaba sutilmente la entrada del menor que para estos momentos ya estaba bastante lubricanda y mojada —Responde —el Enigma volvió a darle otra bofetada más fuerte a las nalgas de Izuku haciendo resonar otro gemido de su parte.

Izuku disfruto como las grandes palmas de las manos del Enigma se estrellaban en sus glúteos, le éxito  tanto sentir después el ardor en la zona  que anteriormente había sido golpeada, sentía que en cualquier momento podría venirse solo con las caricias y aquellas bofetadas en sus nalgas, no escuchaba en lo absoluto lo que el Enigma le estaba diciendo solo podía negar a cualquier cosa que este dijera sin saber de que se trataba por la neblina de placer que hacía distorsionar sus sentidos.

Katsuki chasqueo la lengua en su mejilla al ver como el Omega seguía sin responder así que sin avisar metió dos de sus largos dedos en el interior del menor escuchando de su parte un gran y largo gemido de queja y placer, el Enigma movía sus dedos en círculo y los abría en forma de tijeras para agrandar más el agujero del Omega, no fue tan difícil dilatarlo ya que Izuku estaba soltando bastante lubricante y su interior se sentía muy suave como si el Omega previamente hubiera estado jugando con su trasero.

El Enigma se sentía mareado por las grandes cantidades de feromonas que Izuku estaba soltando, su sangre se sentía que estaba hirviendo y las ganas de hacer un desastre al Omega eran tan malditamente grandes todos sus sentidos estaban más activos que lo usual, sus labios y garganta se sentía secos, no había otra razón más por la que el Enigma se sintiera de esta forma, estaba entrando en celo.

Los síntomas que el Enigma estaba sintiendo ahora eran los que siempre presentaba cuando su celo estaba por comenzar, dejando esto claro el Enigma se alejo de inmediato del Omega que estaba disfrutando de ser dilatado por los dedos de Katsuki manteniendo su trasero en alto que cuando sintió como estos salieron y su pareja se alejo fue cuando reaccionó a su alrededor, Izuku miro como Katsuki estaba sentado en el sofá tocando su frente y garganta.

—¿Kacchan, qué pasa? ¿Te estás sintiendo mal? –el Omega ignoro el echo que cuando se levantó de la posición en la que se encontraba todo el lubricante natural se deslizó por sus muslos dando una vista muy erótica que claramente logró ver Katsuki haciéndolo suspirar fuertemente.