8. Capitulo

1.4K 149 22
                                    

Narra T/n:
Los cuatro nos quedamos mirando el coche en el que Reginald se estaba yendo. Diego lo miraba con desesperación, la tal Lila con confusión, Cinco con enfado y yo, con odio. Las manos de Cinco y yo se habían quedado unidas tras el abrazo, no podría explicar las miles de sensaciones que invadían mi cuerpo en ese instante.

Cinco: Diría que papa nos está evitando-comentó girándose a mirarnos a Diego y a mi.

Lila: No me gusta ser aguafiestas, pero mejor nos largamos de aquí-comentó empezando a caminar hacia el aparcamiento.

Cinco:¿A quiénes te refieres exactamente con nos?-soltó mi mano para acercarse a ella y mirarla con superioridad.

lila: No es una frase que de lugar a dudas-dijo con un tono bastante irónico hacia los tres.

Cinco: Mira, no se ni quien eres, ni de donde has salido. Pero sea donde sea, te recomiendo que vuelvas cuanto antes-Diego se acercó a el.

Diego: Tiene razón, hay que largarse.

Lila: Te acabo de salvar la vida niñato-miré a Diego quien tenía la mirada perdida y le di un golpecito con mi pie haciendo que me mirara. Con mi mirada le indiqué que me dijera que pasaba pero el negó y volvió a mirar a Lila- De no ser por mi solo quedarían esa chaqueta y tus putos calcetines-le había golpeado directamente en el ego a Cinco, ninguna buena idea por cierto.

Cinco: Y ese es el problema. Eres demasiado buena, haces demasiadas preguntas, sabes demasiado. Y cuando peleas sabes lo que haces-le atacó, aquello me olía mal, muy mal.

Diego: Eso es verdad-apoyó a Cinco.

Lila: ¿Tengo que ser una enemiga porque sepa defenderme sola?- les preguntó a ambos.

Cinco: Procura no cruzarte en mi camino, porque si te vuelvo a ver te mataré. Lo juro-se fue de allí.

T/n: Voy... con el.-señalé a Cinco y salí tras el al notar la mirada de Diego indicándome que me fuera de allí.
Seguí a Cinco hasta un coche. Paró delante de este y yo me acerqué a su lado. Me miró a los ojos al notar mi presencia.

Cinco: T/n, siento haberte dejado perdida en este lugar, es una maldita mierda. No te merecías terminar de trabajadora en un bar de Ruby-puso una mano sobre mi mejilla cuidadosamente.

T/n: No te preocupes, he cumplido mi sueño, he dado una gira cantando por Estados Unidos-puse una mano encima de la que estaba en mi mejilla.

Cinco: Es lo mínimo que te merecías-se acercó a mi mientras que miraba mis labios.

Corté la distancia entre ambos besándolo. Era un beso suave, sin prisa, tranquilo, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo. Podríamos haber seguido así por horas pero una voz nos obligó a separarnos.

Diego: ¿Nos vamos a donde Elliott o os vais a seguir comiendo?-se burló pero sin ánimos, algo bastante raro en Diego.

T/n: Si, ya vamos-me separé de Cinco y fui a donde estaba Diego-¿Y a ti que te pasa?-susurré.

Diego: El amor es una mierda.

Narra Cinco:
Habíamos dormido en el taller que también era casa de Elliott. T/n durmió abrazada a mi toda la noche. Estaba claro que no estaba bien, pero para nada bien. En aquel mismo instante nos encontrábamos escuchando la historia de como papa echó a Luther de casa cuando llegó a la época en la que nos encontrábamos mientras que desayunábamos.

T/n: Menuda mierda.

Diego: Que patético-dijeron ambos al mismo tiempo.

Luther: Ya, bueno. Al menos no me apuñaló-dijo mientras que comía unos huevos revueltos.

Solo soy un número {Numero 5 y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora