El sábado había iniciado para el curioso Bobby y la intrépida Wane, cada uno con una mochila de acampar; y particularmente, Wane tenía en su pierna izquierda un porta pistola ocupado por la arma en cuestión cargada con balines de plástico.
Delante de ellos un arco de madera daba entrada a un camino de tierra que llevaba a la profundidad de un bosque frondoso. Detrás de ellos una casa de campo se alzaba con elegancia y pudor, su armazón y estructura de roble tan limpia y resistente como el día en que se construyó; una alfombra de pasto verde conectaba al edificio, sus alrededores y la carretera, como si el lugar se tratase de un oasis verde que conectaba al mundo humano y la salvaje realidad de la naturaleza.
La última integrante del trio veía confundida como a sus espaldas el auto marca Aveo amarillo que los había llevado hasta allí a ella y a Bobby se alejaba en la distancia.
—Pensé que el tío Linc estaría acompañándonos...— Dijo esta antes de acercarse a Bobby, —¿Por qué nos dejó?
Bobby volteó hacia ella, —ahm... Loan, yo te dije que tú serias quien nos cuidaría.
—¿!Qu-q-que?! — Loan no pudo detener su cuerpo, el temblor en sus brazos era inminente, —B-B-Bobby, pensé que hablabas de un juego en el árcade o algo parecido. Yo no sé nada de acampar, ¡apenas y puedo sobrevivir con mamá cuidándome!
—No te preocupes, Wane será la que nos cuidara, ella tiene experiencia.
Wane entonces volteó hacia la perturbada chica, confusión la primera reacción que obtuvo al verla. —Cierto, no nos hemos presentado. ¿Tú debes de ser Loan verdad?
—Sí...— Wane extendió su mano a la chica, a lo cual Loan respondió estrechándola débilmente. —Me llamo Loan. Wane Geraldine, ¿Verdad?
Wane asintió, —Un gusto, Bobby me habló un poco de ti. Espero que esta experiencia te sea provechosa. La intemperie puede llegar a ser una buena maestra.
—Con sobrevivir me basta... — Loan dijo mientras se rascaba el cuello. Bobby de inmediato vio la señal que eso implicaba.
Oh, no... ya están ganándole los nervios.
—Loan, ¿te importa si me llevas de la mano? Me sentiré más seguro así. — Loan accedió de inmediato a la petición, su recurrente sonrisa chueca mostrándose sin pena alguna.
Es una mentira blanca... pero no importa si esto la hace feliz.
El trio se aventuró dentro del bosque, aunque los primeros minutos se podían considerar más como un simple paseo. Wane aprovechó la libertad de ese tramo seguro para darle rienda suelta a sus deseos.
En poco menos de medio minuto la chica corrió en vertical por un árbol, saltó hacia una de las ramas, se impulsó hacia la rama de otro árbol y con el mismo impulso del salto se balanceó y terminó parada sobre una rama gruesa. Estaba a unos tres metros por encima de sus otros dos amigos, mirando con cautela el paisaje cercano.
—¡Nawara! — Exclamó la niña, enfatizando la última vocal. — Los bosques de aquí son más frondosos, me hará falta subir más si quiero mejor información del panorama...
Loan arqueó una ceja, —¿nawa que? — Wane bajo con sutileza del árbol, lo que le permitió a Loan preguntarle directamente,
—¿Lo que dijiste, fue japonés?
Wane soltó una carcajada ante el comentario, y al parecer por el leve gruñido que soltó Loan, no pareció caerle bien esa reacción. La joven adulta ahora parecía incomoda por haber preguntado.
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Mi Razón
Teen FictionLa vida de Loan Loud consistía en desasociarse de la realidad en un intento de escapar de su condición medica, hasta que encontró a alguien capaz de quedarse dentro de su cabeza y brindarle la paz que necesitaba para mejorar. Arte de Portada hecha...