Una mañana de domingo se habría ante Loan mostrando un ambiente familiar tornado en algo distinto para ella. Había entrado a la sala de espera que tantas veces había ido antes, pero lo que veía solo le indicaba que nunca había tocado el piso de ese lugar.
¿Acaso me perdí en mi camino al consultorio?
Salió del recinto con paso apresurado para asegurarse, y efectivamente, el letrero de afuera indicaba que estaba en el consultorio de la doctora Clare.
Inhaló con fuerza y regreso a la sala, esta vez dispuesta a encontrar aquello que le incomodaba.
Pero pronto se dio cuenta de que incomodidad no era lo que sentía, era la ausencia de la misma. El frio penetrante del lugar que antes la amordazaba era tan imperceptible que tuvo que quitarse la sudadera para evitar sudar, quedándose con el polo negro para cubrir su zona superior.
Junto con ese descubrimiento Loan empezó a ver lo que le rodeaba con ojos curiosos.
Las bancas de espera, tenían patrones y dibujos de aves. Las luces del lugar eran de un suave azul que no molestaba la vista. El recinto tenía cuatro bancas para los pacientes, el recibidor, dos televisores colgados en cada esquina mostrando imágenes de la naturaleza.
A eso se añadía un pasillo que daba hacia los baños y donde se ubicaban dos máquinas expendedoras de bebidas, de las cuales Loan aprovechó la oportunidad y compró una botella de jugo de naranja.
Después de presenciar detalles que ella no había visto nunca antes, Loan necesitaba refrescarse un poco.
¿Siempre ha sido así para mí? ¿O es que remodelaron este sitio?
Loan intentó recolectar las imágenes que tenia de ese lugar, pero lo único que podía encontrar en sus memorias era niebla y polvo.
No... no recuerdo nada...
Loan tragó otro sorbo, su mano sujetando con fuerza de la lata de jugo.
¿Que he estado haciendo todos estos años?
Un chico y su madre salieron de la puerta del consultorio y él recepcionista llamó a Loan para que siguiera adelante.
¿Un recepcionista? ¿Había un recepcionista? Nonono, él definitivamente no estaba aquí antes.
Pensó está de forma fugaz antes de apresurar el paso hacia el consultorio, y justo como cuando entró a la anterior sala, se originó un eco del efecto del que apenas se había recuperado.
Allí estaba ella, en la misma habitación donde había tenido tantas sesiones antes. Las mismas cuatro paredes de siempre, la misma mesa y escritorio, el mismo sillón, las mismas plantas, y la misma doctora Clare ocupando el recinto con una expresión serena y una sonrisa que solo podría dar una madre.
Y aun así todo se veía tan... espacioso, tan detallado... tan...
—Es la primera vez que te veo así.
Loan miró a la doctora e inmediatamente arqueó las cejas, ¿Su tono de voz siempre había sido tan alegre?
—¿Cómo? ¿A qué se refiere? A-ah, sí, buenos días doctora Clare.
—Buenos días, Loan, —La doctora dijo antes de soltar una pequeña risa, entonces se acercó a Loan, preguntando si podía inspeccionar su rostro, y empezó a rozar su piel con cuidado usando las yemas de sus dedos cuando la chica le dio el sí.
Otro sentimiento nuevo había sido traído hacia ella, las manos de la doctora se estaban deslizando por su rostro, no había migajas de piel cayendo ni grumos deteniendo su paso.
—Me refería al todo, tu piel se ve sana, tus ojos... bueno aún se ven como los de un mapache, pero se nota que han tenido descanso. Tu postura también ha cambiado, se ve más relajada...
La doctora entonces apretó suavemente los hombros de Loan— y te ves mucho más despierta, ¿Qué pasó desde la última vez que te vi, Loan?
¿Despierta? Oh... Si, definitivamente estoy mucho más despierta... Pensó Loan mientras recordaba todos los detalles que ahora era capaz de notar.
Loan se sentó en el sillón, había algo más importante de lo que hablar, aquel que había hecho posible que la vida al fin le sonriera.
—Bobby. —Pausó por un momento para atesorar la importancia y felicidad que provenían de ese nombre, incluso se quitó el gorro que tenía para acariciar la tela, ese fue un regalo que él le había dado junto con la sudadera que descansaba sobre sus piernas.
—Bobby pasó. Aun no sé cómo lo hizo, pero logró hacerme sentir bien conmigo misma, querer sanar en verdad. Las voces y las apariciones siguen allí, eso nunca se ha detenido, pero ahora siento que puedo ignorarlas, enfrentarlas incluso.
—Incluso hablas de forma concisa.
Loan afirmó rápidamente, sus labios ahora estirados de la emoción.
—Lo he notado yo también, ahora puedo hablar con más fluidez, m-mientras se-sean personas de confianza claro, hehe, —Loan se contrajo ante el recuerdo de un infructuoso intento de probar su mejoría en el ambiente escolar.
—Está bien, Loan, es un avance importante el que has hecho, —La doctora entonces sacó del bolsillo de su pantalón un teléfono y activó la opción de grabadora antes de colocar el dispositivo sobre la mesa— Ahora sí, cuéntamelo todo.
Loan inhaló profundamente y reclinó su cabeza en el espaldar del sillón, no necesitaba ver en ese momento, así que cerró los ojos y dejó a su mente revivir los recuerdos que estaba por describir.
Nota de autor: Primero que nada mis disculpas por la demora y por lo corto de este capitulo. Sí todo sale bien pronto tendre mas tiempo libre entre manos y menos proyectos secundarios de los que encargarme.
Este capitulo marca el inicio del segundo arco de la historia. El cual para consistira de episodios cortos enfocados principalmente en Loan.
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Mi Razón
Teen FictionLa vida de Loan Loud consistía en desasociarse de la realidad en un intento de escapar de su condición medica, hasta que encontró a alguien capaz de quedarse dentro de su cabeza y brindarle la paz que necesitaba para mejorar. Arte de Portada hecha...