Desperte con los primeros rayos del sol entrando por aquella ventana. La noche anterior había sido bastante confusa y debia atar cabos sueltos. Stephen debia de decirme varias cosas que estaba segura que tía Grisgelda jamas soltaria por voluntad propia.
Quite las cobijas de encima mio, me incorpore al mismo tiempo que tallaba mis ojos y me estiraba, lanze una pequeña sonrisa en el aire sabiendo que este día iba, sin lugar a dudas, a mejorar.
Tenia una pequeña costumbre, creia que para empezar bien el día debias de poner el pie derecho al levantarte, osea, levantarse con el pie derecho. Y así lo hize.
Abri la puerta de la habitacion encaminandome a las escaleras para ir al baño, hasta que al pisar el tercer escalón recorde que en mi alcoba estaba un baño disponible para mi sola. Volví a subir los escalones y me meti al baño, lavandome la cara. Recorde lo de la noche anterior, si tan solo lo hubiera recordado hace unas pocas horas , me hubiera ahorrado la fatiga de bajar por agua y hubiera evitado el encuentro accidental con Stephen.
Con el jarrón que estaba puesto allí termine de lavarme las manos para proceder a peinar mi cabello y acomodarlo en una trenza enroscado por una liga. Me cambie de ropa con un vestido verde que tía Grisgelda me había puesto a mi llegada en el armario.
Baje por la escalera principal, deteniendome para admirar unos cuadros colgandos en la pared de la misma. Al analizarlos bien, me di cuenta que eran los mismos niños que antes había visto en la sala de estar. Analize detenidamente cada una de sus facciones, la mirada penetrante de color azul como el mar era del niño más pequeño, el que me recordaba bastante a Jack. Decidi ponerle "John" a ese cuadro con los niños.
Hoy había despertado bastante curiosa por saber de aquella casa, al bajar las escaleras no pude dejar de notar el acabado que tenian, simulando un ave a punto de emprender el vuelo.
Viendolo bien la casa necesitaba urgentes reparaciones, por poner un ejemplo, el septimo escalón subiendo, rechinaba bastante y estaba averiado , la pared tenía algunas tablas ya podridas, incluzo el cuadro de "John" perdia los colores a causa del sol que entraba cada mañana por la ventana puesta justo comenzando la escalera.
Si le dijera a Grisgelda de las reparaciones que necesitaba la propiedad, estaba segura que no opondria a que yo misma las pudiera realizar. En realidad estaba bastante acostumbrada a realizar este trabajo, sin hermanos varones en Francia que me ayudaran con mis padres ya envejecidos yo era la responsable de mantenimiento de la casa que al final los Servin se terminaron quedando.
Encamine paso al comedor para pasar despues por una pequeña puerta de maderaque llevaba a la cocina.
Al abrirla me encontre con una mujer vestida de blanco, con cabello rojizo, estaba ella de espaldas a la puerta, se veia bastante concentrada y ocupada en hacer el desayuno. No tenía intenciones de molestarla, solo queria servir de utilidad alli. Pero quizas mi sola presencia le molestaba, giro la vista ligeramente hasta donde estaba yo. Fui yo la que tube que dar el primer paso para que ella hablara.
-Buenos dias- salude- ¿Ayudo en algo?
-Lo siento- se disculpo girando raidamente hacía mi- crei que era la señora que me venia a pedir su desayuno. Y como aveces se pone de mal humor cuando uno la ve a los ojos, no volte a verla. Perdona mi mal genio- se disculpo ella, tenia unos ojos verdes de tez blanca y cabello rojizo.
-No se preocupe- le dije- Soy Karenina DelaRosa
-Un gusto soy Julieta- se presento ella- el desayuno ya casi esta, asi que no se preocupe
¿Quiere que le ayude en algo?- reitere.
-No, muchas gracias- me dijo apenada. Mi vista fue a parar al fregadero donde habia una pila inmensa de platos sucios de la noche anterior (el mio estaba alli)
-Insito- le dije remangandome y llendo al lavadero. Aunque tak vez Julieta se apeno algo por esta accion, yo no pensaba quedarme parada de beazos cruzados mientras la veia.
Debia ocupar mi tiempo en algo en lo que tia Grusgelda reunia a los demas herederos.
Escuche salir se sus labios un "Gracias" aliviado.
Tome la barra de jabon y el estropajo para comenzar a tallarlos.
Me preguntaba si aquella chica eataba sola todo el tiempo en la cocina, ya que era abrumador esa responsabilidad.
En Francia trabajaba para la señora Berres algunos veranos ( tenia 13) y ella tenia dos pares de gemelos. Con cuatro hijos mas, sabia exactamente como quedaba la cocina despues de la cena, le hubiera agradecido a la señora Berres si contratara una chica mas para el trabajo.
-¿Esta sola aqui?- rompi el silencio entre ambas.
-¿Se refiere en la cocina? Si, estoy sola.¿ Y de familia? Tambien, he sido huerfana de toda la vida. La señora Grisgelda tuvo la amabilidad de recogerme de la vagancia de las calles.
La tetera empezaba a sacar humo, señales de que el agua estaba casi lista.
-Lo siento tanto, yo tambien soy huerfana. Hace varios inviernos mis padres murieron y no tenia mas familia alli por lo que fue un alivio cuando me llamaron de aqui.
-Su tia nos dijo que se habia embarcado en el Titanic. La noticia de la tragedia nos fue avisada por los periodicos. Su tia habia perdido esperanzas de que usted siguiera... - hizo una breve pausa pensando en las palabras que usaria- con vida.
Sonrei- No la culpo, aunque se trato de salvar a la mayoria no todos corrieron con la misma suerte que yo.
Una de las puertas traseras se abrio, causando que Julieta volteara y sonrio al instante. Silvo imitando a un gorreon e hizo su entrada triunfal Stephen silvando como Julieta. Traia el pan en una mano y el periodico en la otra.
-Buenos diad Julie, he traido lo que me pediste: cinco panes de sal y cinco de dulce, ademas de la leche. He traido el periodico para la señora, venia leyendolo en el camino- coloco el pan en la mesa sacando unos cestos, al parecer no se habia percatado de mi presencia- Segun dicen el capitan Smith fallecio por la hipotermia contraida despuea del naufragio, ahora mismo van de salida a buscar los cuerpos que quedan en el mar. Tambien el señor Piwere...
-¡STEPHEN!- grito Julie. Sabia que Julie tenia entendido lo que me habia pasado la noche anterior en la cena.
-Buenos dias Karenina- saludo Stephen, gire mi cuerpo y respondi al saludo.
Stephen quito la tetera del fuego y saco el cafe.
-¿Con cuantas de cafe?- pregunto.
-Una - respondi.
Julie puso una charola con una taza de te encina y una pieza de pan con el desayuno a un lado.
-Vuelvo enseguida- indico llevandose la charola entre manos, saliendo por la puerta donde habia entrado yo.
En la cocina estaba una mesa de madera con tres bancos, y en la mesa el periodico llamo mi atencion. Entrecerre los ojos para lograr leer algo, pero mis esfuerzos fueron en vano.
-¿Desayunara con nosotros?- pregunto Stephen.
-Si, si es posible- dije.
Servi tres platos de comida, estaba con el cuarto, de Charles, pero Julie; que acababa de entrar, me lo impidio.
-Con estos seran suficientes- dijo.
-Pero...¿Y Charles? - pregunte.
-Nunca desayuna con nosotros- se lamento Stephen- al amanecer el viene y prepara su desayuno.
-Normalmente es el causante de tantos desastres- rio Julie.
Nos sentamos en la mesa y despues de dar gracias comenzamos a comer.
-¿Responderas mis preguntas?- le dije a Stephen.
Asintio tragando un pedazo de pollo. Bebio un sorbo de cafe, con la taza en mano respondio.
-Hoy , a mediodia, en el jardin.
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Titanic: La vida sigue (secuela Titanic: Si Jack hubiera sobrevivido)
FanfictionUna joven de Francia que se embarcó en uno de los trasatlánticos más famosos de la historia. Tratando de lograr cambiar el rumbo de dos vidas, dos jóvenes que se amaban con pasión separados por la muerte repentina de uno de ellos. Al lograr sobrev...