Corazón roto

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Fue así que aquella tarde comí por primera vez con aquella mujer que decía ser mi tía, Charles nos sirvió la mesa y coloco la cocinera unas papas servidas en aceite de oliva cocinadas con especias.

Mi tía me hiso sentarme en la mesa del comedor principal, a un lado de la cabecera, donde ella se sentó. El comedor era de madera pintada de café claro, las sillas estaban recubiertas de cierta tela color vino con un cómodo asiento , era una mesa bastante grande como para que una mujer viuda comiera allí sola. El cuarto estaba pintado del mismo tono de la mesa, en el comedor también había una chimenea recubierta de madera, y en el techo colgaba un candelabro de varios vidrios.

Al sentarnos en la mesa Charles nos puso los cubiertos , que, debo admitir , eran bastantes como para un platillo de papas. En Francia yo no acostumbraba a comer con tanta refinancia, pero al parecer mi tía si, esto iba a ser un verdadero reto para mi.

Tome la cuchara con la que siempre comía yo mis alimentos.

-Karenina esa no- señalo mi tía al verme con el cubierto en mano. Ella tenía en mano un cubierto diferente al mío, entonces asentí y tome el mismo que ella sostenía. Sonreí sin decirle nada y continúe comiendo.

-¿Todo bien querida sobrina? ¿Nada interesante en la travesía?- me pregunto llevándose un pedazo asado de carne de puerco a la boca. Limpie mi boca con una servilleta de tela , lo hice para poder pensar bien en lo que le iba a decir.

-Bueno como de seguro ya sabrá me embarque en el Titanic cuando zarpó, y de seguro los periódicos locales ya abran dado la noticia de la desgracia ocurrida en el camino, gracias a Dios aquí estoy viva con usted querida tía- le dije. Charles le dijo algo en el oído a mi tía, cubriéndose la boca con el guante blanco que cubrían sus manos, ella asintió y siguió comiendo con normalidad.

-Se rumora que viajaban en el trasatlántico varios personajes ilustres, y además que muchos murieron ¿Es cierto eso Karenina?- Preguntó llevándose la copa de vino a la boca.

-Así es, conocí a muy pocos de ellos, vacíos por dentro pero tiene mucha importancia esa historia- respondí tratando de olvidar a Cal pero a mi mente vino la imagen de Agustín.

-¿De verdad?- coloco la copa en la mesa azotándola fuertemente contra esta-¿ Se podría saber a quien viste allí?

Lancé un gran suspiro, me acomode el pelo detrás de la oreja agache la cabeza y entonces le vi a los ojos.

-La familia DeWitt viajaba en el barco-mire para el techo- Molly Brown también estaba, el prometido de la señorita DeWitt, Cal, como ella le llamaba y el señor Piwere- dije al final atragantándome con una papa.

Mi tía estaba atenta a cada palabra que decía como si estuviera dando la ubicación exacta de un valioso tesoro, tomo un trago de vino, le pidió a Charles que le volviera a llenar la copa, la tomo entre sus dedos y se puso a darle vueltas con la mano.

-¿Haz dicho los DeWitt?- mi tía se sentó aun mas derecha dejándose pegar con el respaldo de la silla- ¿Sobrevivieron a el accidente?

-Si querida tía, ambas sobrevivieron. La joven Rose y su madre, Ruth. De hecho Rose esta con un amigo que hice en el viaje, un joven bastante agradable Jack, Jack Dawson- sonreí pensando en Jack.

-Me haz comentado de el señor Piwere ¿Cómo se encuentra? Había estado un poco grabe de salud últimamente según lo sabíamos aquí

-Ahora se encuentra muy bien, de echo platique con el repetidas veces y me acompaño casi hasta el final del viaje donde tuvo que llegar a tierra mas rápido por un asunto que le tenia pendiente.

-Tiene mucho que no veo a la señora Piwere ¿No comento nada de ella?

Sin saberlo, me había acabado de clavar un cuchillo en lo mas profundo de mi ser ¡La señora Piwere! ¿Como había podido ser tan ciega ante la situación? Era de tonta pensar que un joven como el se pudiera fijar en mi. Agache la cabeza contristada en lo mas profundo de mi alma. Sentí como si mi corazón se hiciera pequeño, un profundo golpe en el me imbadio.

-¿Te pasa algo Karenina? ¿Te sientes mal?- dijo preocupada mi tía al ver la reacción que había tenido yo- ¡CHARLES! ¡LLAME A UN DOCTOR PARA MI SOBRINA QUE SE MUERE!- grito aterrada.

Levante la cabeza viéndola y tratando de aparentar no estar mal.

-No será necesario, me encuentro bien, es solo que… me encuentro cansada del viaje y estoy algo sorprendida de tantas emociones. Con un reposo de seguro mejorare- Me levante de la mesa, tome mi plato para llevarlo a la cocina y lavarlo.

-Déjelo señorita- dijo Charles tomándolo- yo lo llevare por usted, valla a su habitación a descansar, no queremos que nuestra visitante se enferme.

Asentí, le di las gracias y me encamine a mi habitación.

 Subí las escaleras lo más rápido posible y llegando a el cuarto cerré la puerta poniéndole el seguro, también las cortinas las cerré e incandome , cedi a las lagrimas, escurrían bastante seguido, las mejillas comenzaron a sonrojarse y los ojos se me aguaron. Dentro de mi sentía como si una enorme espada me hubiera atravesado el corazón y después de eso me la hubiesen remolido con veneno de cascabel. Después de todo lo que había pasado con el me vine a enterar de esto , seguí  llorando hasta mojar la sabana que estaba colocada. Puse mi brazo en la cabeza negando con mi cabeza , me había engañado la ultima persona que nunca creí que podría hacerme daño. Mi respiración se entrecortaba, gemidos de dolor era lo que tenía dentro de mi. Seguí llorando desconsoladamente hasta quedar completamente dormida.

Desperté ya bastante noche, la luna estaba iluminando la habitación perfectamente, a pesar de que había cerrado esas cortinas, me levante del suelo, estirando cada tendón de mi cuerpo que se había entumido por continuar mucho tiempo en la misma posición. Me trate de acomodar el pelo con mis dedos pase mis manos por mi cara, limpiándome los restos de las lagrimas.

Abrí las cortinas para poder contemplar la luna que esa noche brillaba felizmente, sentándome al margen de la ventana vi atentamente la luna sin pensar en nada, solo quería ver aquella noche.

De momento una necesidad en mi cuerpo hizo que me levantara, me dirigí al sanitario, aunque me perdí de camino. Cuando lo halle e hice uso de el, pase por la cocina , dándome sed, tome un vaso de vidrio y serví el agua que estaba en un jarrón de barro.

Puse mi brazo en la mesa de madera que estaba allí, de espaldas a la puerta.

-¿Qué estas haciendo aquí?- oí una voz detrás de mi. Sangre fría recorrió mi cuerpo en un instante dejándome casi petrificada, la respiración se me dificulto bastante, las manos me empezaron a temblar y entonces el vaso de agua cayó al suelo.

 

Hola chic@s wattperos, les escribo ahora desde mi laptop ya que ayer en la noche desinstale wattpad de mi teléfono por error y ahora no tengo internet para conectarme a Play Store e instalarlo de nuevo.

Bueno quería decirles que este capítulo ha hecho que mi corazón se rompiera en mil pedazos, pero es la triste realidad del asunto. Para inspirarme y que quedara más llegador he estado oyendo música como para cortarse las venas (simbólicamente)  he estado escribiendo con lagrimas en los ojos, hasta tuve que cuidar que no cayeran el la laptop para no dañarla, mi nariz esta escurriendo y mis ojos están un poco rojos de llorar. Creo que me estoy torturando a mi misma, no es lo correcto pero es que siento esto de nuevo como aquel día que lo soñé, así de real, con cada palabra que escribí aquí fue como si yo lo viviera.

Bueno cambiando de tema, espero que la estén pasando super bien en sus vidas.

Me han invitado a la boda de un amigo y ando deseosa de poder bailar, con eso que amo la música ya hasta me veo allí ( me limpio las lagrimas y me sale una sonrisa del rostro)

Cuando suba el capitulo será por que ya tengo internet, ahora voy a sufrir con ver si puedo arreglarlo.

Nos leemos. Su eterna escritora

Titanic: La vida sigue (secuela Titanic: Si Jack hubiera sobrevivido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora