'•Cօsas զuє օԀiօ Ԁɛ ti »҉ || Mikenix

[...]

Los dias pasaban, rápidos a su parecer, acompañado del perro. Al principio se mostraba reacio* y buscaba cualquier excusa para no estar cerca de él, pero terminó cansándose de lo mismo.

Parecia que mientras más lo alejaba más se le acercaba. Bastante agotador para él.

Lo dejo ser, finalmente. A veces mostraba desinterés por cada cosa que hacia o decia el can, pero poco a poco encontraba interesante alguna que otra.
Su emoción por algunas cosas y sus sueños. Pensaba que entablar una conversacion con él carecería de sentido, pero a pesar de las bromas que solía contar, que aún le parecia tonto, era bastante lógico.

Incluso él mismo se sorprendió de lo agradable que era estar a su lado.

—"Hey, ¿qué es eso?"— pregunto el can detras de él, apoyando su cabeza en su hombro.

Pocas veces dejaba que el mayor se acercara a él, pues consideraba su espacio personal sagrado.
Pero estas acciones del can ya eran una costumbre, algo normal en él, y aunque no lo dijera en voz alta no quería apartarlo.

—"Son cartas de juego, me las compré ayer."— dijo lo mejor que pudo.

La respiración de Mike en su cuello lo estremecía.

—"Creo que conozco ese juego."— dijo tratando de recordar.

Un click resonó en su mente.

—"Son cartas de pokémon, ¿no?"— dijo feliz de recordarlo.

Su compañero se encontraba sorprendido por ello, no era posible que él jugara, ¿verdad? El juego era conocido, si, debía ser por eso. Pensó.

—"¿Cómo es que-?"—

—"Tambien me gusta, pero realmente no sé como jugar."— contesto aclarando las dudas del menor.

—"¿Y por qué?"—dijo tratando de ocultar su interes.

—"No tengo con quien jugar o a alguien que me explique"— rió nervioso.

Acenix no lo entendía. ¿Teniendo tantos amigos no tenia a nadie con quien jugar? Podria ser que no les interesara, era una opción. Quizás y no sabia tanto de Mike como él creia.

—"Si quieres puedo explicarte"— dijo sin querer.

—"¡¿En serio?!"— dijo paralizando por un momento al felino.

No escondía su alegria, pero si seguia gritando cerca de él quedaría sordo.

—"Si, pero no me grites."—dijo molesto.

El mayor se disculpó repetidas veces con él, causándole cierta gracia. Aún no podia creer que en serio se había ofrecido a ayudarlo.

Solo seria una vez, se repetía. Pronto, no recordaría cuantas veces se habria dicho eso.

Tampoco recordaría cuantas veces fue a la casa del can.

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* Reacio || Que muestra oposición o resistencia a hacer algo, a recibir una influencia, etc.