[...]

782 98 41
                                    

Mike no se consideraba una persona celosa.

Pero, ¿cómo no hacerlo si su amigo empezaba a acercarsele de esa forma?

Odiaba que Flex pudiera hablar e incluso tocar a Acenix tan fácilmente. ¡A él le costó ganarse su confianza dos meses!

Si bien su amigo azulado ya le habia dejado en claro que no trataría de quitarle a su chico, su forma de burlarse de él lo empezaba a molestar.

Su viejo amigo habia llegado de visita a la ciudad, habian pasado mucho tiempo sin verse. Se llevaban bien a pesar de los problemas entre ambos, todo bien hasta este punto. Él no tenia nada que esconderle a su amigo, así que simplemente le dijo de sus sentimientos hacia el felino.

Mala idea.

—"Mike, no te importa que te lo quite un rato, ¿verdad?"— dijo su amigo de tantos años con una ligera sonrisa maliciosa.

Los tres animales se hallaban en la plaza de la ciudad por un capricho del azulado, aunque durante todo el recorrido Flex parecia prestarle más atención a Acenix. No quería ser un desconfiado, pero aún tenia sus dudas.

No podia objetar nada, solo podia ver como de un momento a otro Acenix era jalado por Flex para acto seguido perderse de su vista. Odiaba este sentimiento, pero no podia hacer nada.

Con una mirada triste y sus emociones a flor de piel, fue a comer algo para calmar su repentina ansiedad. Chocolate de preferencia.

"Nada malo pasará" se decia asi mismo, pero sus pensamientos lo traicionaban. Se lo imaginaba, su amor platónico junto a su amigo de tantos años. ¡No iba a permitirse eso!

Desesperado se dispuso a ir a buscarlos, dispuesto a seguir el camino por el cual los vio irse. Para su buena o mala suerte, los vio juntos en un puesto refugiándose de...

¿Cuándo empezó a llover?

Esto lo tomo desprevenido, pero la mirada de Flex lo hizo reaccionar. Conocia esa mirada típica de él, cuando iba hacer algo malo.

Su amigo se acercaba cada vez más cerca del felino, casi cortando cualquier distancia. Sus sentidos se pusieron alerta.

En un acto rápido el mapache sintió un jalón de orejas, totalmente inesperado.

—"¿Qué crees que haces?"— dijo frio el can.

—"Solo trataba de que Acenix no se mojara."— dijo quejándose entre dientes por el brusco comportamiento del perro.

El felino los miraba con cierto desconcierto, la acción de Flex lo tomo de improvisto, pero no sé esperaba que apareciera Mike.

—"¿Pensabas quedarte aqui con Acenix todo el dia o qué? ¡Puede enfermarse!"—mencionó refiriéndose a la lluvia.

—"Solo hasta que acabara la lluvia, ¿por qué?"—dijo inocentemente, en su tono de voz se notaba la burla.

—"Por mi puedes quedarte aqui y resfriarte si quieres, pero no permitire que Acenix pase por lo mismo."—

La firmeza en su voz denotaba lo serio que estaba, pero a Flex parecia no afectarle todo ello. Sabia que era otra la razón de su molestia.

—"¿Seguro y es por eso?"— preguntó sugerente, mirando de reojo al menor de ambos.

La sonrisa boba de Flex no ayudaba a que su humor mejorase, era obvia la razón por la que estaba molesto, pero parece que el contrario no estaba satisfecho con ello. En su mente recordaba a su amigo menos irritante.

¿Por qué parecia tan dispuesto a molestarlo?

—"¿Podrian decirme que esta pasando?"—dijo una tercera voz con cierta molestia.

Toda la tensión pareció desaparecer al recordar que, efectivamente, el gato seguia alli.

Mike se puso nervioso, olvidando en primer lugar la razón por la que estaba alli.

El menor suspiró al no recibir una respuesta de parte ambos.

—"El que se va a resfriarse eres tú, tonto. Estas todo mojado."— dijo reprochándole, pero a la vez preocupado.

El can bajo la mirada avergonzado, quizás sus celos lo habian cegado demasiado.

Las gotas de lluvia caían cada vez más constantes; las personas que transitaban al rededor caminaban por las calles con paraguas.
Todos, menos tres animales en un puesto con poco espacio para ellos.

Ninguno se atrevía a moverse pues nadie quería mojarse. Y Mike odiaba más que nada la lluvia, pero no podia permitirse estar en esa situación, nadie sabia cuando iba a parar de llover.

Tomó valor y se quitó la capa verde que siempre llevaba puesta, se acercó al menor y se apegó a él con la capa encima de los dos.

—"Qué estas-"— dijo el menor antes de ser interrumpido por el can.

—"Lo siento Flex, no hay espacio para ti."— Dijo con una falsa tristeza.

Los dos animales salieron del lugar dejando solo al oji-azul. Éste solo suspiró porque se lo merecía, aún asi valió la pena.

Una vez lejos a una distancia considerable de sus casas Acenix habló.

—"¿Qué demonios fue eso?"— decia mientras trataba de seguirle el ritmo al de pelaje amarillo para no mojarse por la lluvia.

—"Alejándote del idiota de Flex."— dijo sin mirarlo.

—"¿Otra vez se pelearon?"— preguntó con fastidio.

Mike evitó nerviosamente la mirada acusadora de Acenix.

—"¿Quizás?"— mintió.




'•Cօsas զuє օԀiօ Ԁɛ ti »҉ || MikenixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora