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Llevar una vida ordinaria nunca seria posible para alguien como Trollino, era como si la vida se hubiera empeñado a hacerle todo difícil, llevándolo al limite. Como siempre, todo lo raro y extraño le tocaba a él. Una de ellas era Mike por supuesto.

Nunca se vio a si mismo cuidando de alguien más, sobretodo de un perro que podia hablar, y aunque sonara raro, eso no era lo que realmente le afectaba, no, sino era el no poder llegar a predecirlo. Nunca sabria que le vendria en el futuro y eso le aterraba. Su vida antes era más calmada, tenia todo en orden y sabia con exactitud lo que pasaria, podia ser lógico y tomar sus decisiones. Con Mike todo era distinto, era abrir una puerta nueva todos los dias, los años de convivencia no lograron acostumbrarlo a ese estilo de vida. Se levantaba y vivia solo para Mike. Qué rumbo tomar o qué consecuencias afrontar, todo para protegerlo y cuidarlo. Porque es lo que le prometió a ella.

No se consideraba una persona impulsiva, pero todos tenemos nuestros limites, sobretodo si se trata de alguien como el can.

Mike era inoportuno, testarudo e impaciente, siempre se metía en problemas, y por ende a él también, ya sea con la ley o con otras personas. A veces no tenia ni ganas de discutir con él, y muchas otras explotó en ira. A veces se arrepentía, otras no, pero seguia alli, para él.

Al final del dia, siempre había algo de lo que molestarse, algo de lo cual ambos discutian. Pero, ante todo Mike no era rencoroso, al día siguiente estaria con ese buen animo que irradiaba, lo abrazaria y le diria lo mucho que lo quería. ¿Cómo podia seguir molesto con él?

Sin embargo, aquello se hizo casi una costumbre, su mal humor por naturaleza lo hacia soltar comentarios sarcásticos, hubiera o no una razón. Cuando necesitaba desquitar su enojo no pensaba en las palabras que salían de su boca. Dentro de sí, tenian algo de verdad, que realmente se lo merecía, y luego haria como si no hubiera pasado nada.

Claro, pensaba que nada que dijera afectaría a su mascota, nunca lo vio herido por algo que dijo o hizo. Ambos tenian que soportarse después de todo, ¿verdad? Solo estaba haciendo las cosas más parejas.

Su experiencia no lo preparo para lo que venia.

Fue cuando tocaron su puerta, aquella vez iba a ver quién era, pero Mike lo detuvo ofreciéndose él mismo a abrirla. Veia el entusiasmo en sus ojos; se dio una idea de quién podria ser. Hace tiempo Mike mostraba esas señales de enamoramiento que conocia muy bien. Su misma experiencia en ese tema le hacia un conocedor de ello, por lo cual no hicieron falta palabras para confirmar sus sospechas. Lamentablemente nunca pudo conversar de eso con su mascota.

"Mike ya está grande, puede arreglárselas solo".—

El pensamiento que tenia era que si Mike era feliz, no necesitaba meterse en ello, cuando necesitara su ayuda el vendria a pedirselo. ¿Verdad? No era por no querer responsabilizarse como tutor, no era una excusa para no hablar del tema, lo hacia para no incomodarlo.

Para no incomodarte.

"Soy un pésimo dueño". Se reprochaba mentalmente, varias veces perdió la oportunidad de hablar de aquello con Mike, pero él debía suponer que Mike ya conocia lo suficiente ¿verdad?

Se veia tan feliz, que parecia que todo iba bien, entonces, ¿cuándo las cosas empezaron a tornarse mal?

—"¿Mike?"— se acercó a su mascota cuando escucho la puerta cerrarse, entendió que ya se había ido el menor. No hubo respuesta. —"¿Quién era?"—

Mike estaba de espaldas viendo la puerta, perdido en sus pensamientos, no podia verle la cara, pero supo que algo andaba mal.

—"¿Qué tienes? ¿Podrias responder? No tengo todo el..."— calló cuando lo vio girarse y volver a su habitación escaleras arriba velozmente, se quedó estático en su sitio sin entender nada.

'•Cօsas զuє օԀiօ Ԁɛ ti »҉ || MikenixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora