Capítulo 22

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Capítulo 22

Pov Brittany

-Bueno cariño, ya que hemos dejado las cosas claras, te parecería comenzar con nuestra súper "cita"- pregunto con algo de nervios, no quiero que la morena piense que la cita que prepare es muy infantil.

-¿Iremos algún lado?- me preguntó completamente ilusionada

-Por supuesto que sí, que pensaste ¿que solo te vendría a buscar para encerrarnos y aburrirnos en casa?-

-Creo que si-

Ambas salimos caminando, el brazo de San iba enganchado al mío, y aunque ella no sabía a dónde íbamos, podía notar toda la ilusión que le hacia esta salida.

-Britt ¿a dónde iremos?- era sabido que Santana no estaba acostumbrada a las sorpresas.

-Te diría que es una sorpresa, pero cuando subamos a un taxi y le indique nuestro destino quedará más que obvio hacia dónde vamos- le dije sonriendo

-¿Por qué no podemos ir en mi coche?- pregunta curiosa

-Porque quiero que no tengas que manejar esta noche... déjame consentirte- le hago un puchero y la morena solo sonríe

-Lo haremos como tu prefieras- me dice mientras toma mi mano.

Cada momento así con ella era un regalo para mi alma y mi corazón, era increíble lo mucho que apreciaba a esta mujer, y por suerte cada segundo que pasaba a su lado mis miedos se iban retirando de mi cuerpo, dejándome pensar con claridad que de verdad la quería a mi lado como mucho más que amiga, como mi novia, como mi futuro.

Caminamos unas cuadras más en busca de un taxi que se negaba a aparecer... hasta que logramos divisar uno y enseguida Santana lo paró, supongo que su ansiedad por saber hacia dónde vamos la estaba carcomiendo por dentro, mientras a mi me divertía.

Subimos, y hubiera querido hablar telepáticamente con el taxista para extender la agonía de la latina, pero era imposible.

-Al parque de diversiones por favor- Los ojos de Santana se abrieron con sorpresa... sin pensarlo demasiado, tome la mano de la latina que estaba a mi costado y entrelace mis dedos con los de ella. Su mirada se perdió en la mía cuando sintió mi tacto, y mi cuerpo se estremeció entero cuando ella comenzó a dejar imperceptibles caricias con su pulgar en el dorso de mi mano.


Narrador

La rubia bajo corriendo como nena pequeña con el auto aún en movimiento, en cuanto el taxi entro en el estacionamiento de la feria.

-Rubia estás loca, podrías haberte caído- le dijo la morena abrazándola por los hombros.

-No seas exagerada cielo- respondio la rubia, cada vez que la latina escuchaba el "cielo" de su boca, su cuerpo se tensaba de alegría - Vamos a los autos chocones ¿si?-

-Lo que tú quieras cariño- la latina no podía decirle que no a nada, estaba hecha una total dominada, y no le molestaba, todo se compensaba con la radiante sonrisa que portaba la rubia esa noche.

Subieron a los autos, y la rubia no podía creer que Santana la misma que mostraba ser la persona más responsable, insensible y ruda... en esos momentos estaba montada en un auto color verde chillón, persiguiendo sin compasión a un pequeño niño que se ensañó con ella a penas la vio.

-Cariño, déjalo en paz es pequeñito- le grito la rubia cuando paso a su lado en su espectacular auto rosa.

-El se lo busco hermosa, no sabe con quién se mete- le dijo la morena guiñandole un ojo y saliendo nuevamente tras el pequeño. La rubia solo reía a carcajadas por lo adorable y encantadora que podía ser la morena.

Caminos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora