Trece (final)

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Sentado en el lugar donde Sun Hee y yo vimos la lluvia de estrellas miro la carta en mis manos y suspiré.

Había pasado dos semanas desde que ella ya no estaba la rutina no era la misma, sentía que algo en mi se había ido con ella y cada vez que veía los dibujos que me había dado el dolor en mi pecho era insoportable.

Y para rematar era un masoquista y tenía de fondo de pantalla a Sun Hee con el conejo el día que le conté sobre mi papá.

Mire al cielo y no pude evitar pensar que alguna de esas estrellas podría ser ella y sonreí con nostalgia.

Volví a mirara carta y un nudo en mi garganta se formaba al ver su letra tan perfecta.

Cómo lo era ella.

Me acomodé mejor en la banca y abrí el sobresito dónde esta la hoja.

Hola, extraño. Sé que quizás estés un poco molesto conmigo, o que piensas que soy una cobarde por no dejarme ver en mi estado más vulnerable. Tú estuviste estos últimos meses siendo un gran apoyo para mí, y de verdad que te lo agradezco. Pero no me gustaría la idea de que me vieses así, mal, sobre todo cuando ya no puedo ni hablar. Estoy luchando para escribir esta carta, ya casi no respiro y la comida me la tienen que dar por un tubo. Ya no funciono.

No quería que me vieras así, prefiero que conserves el recuerdo de yo medianamente sana. Eso me llena de paz.

En estos últimos meses has sido alguien fundamental, por ti he reido más de lo que en un año lograba hacer.

Cómo la buena supersticiosa que sabes que soy pienso que nos unió el hilo rojo, no fue causalidad tu atracción hacia mí, o que yo simplemente buscará tu mirada cada vez que pasabas por el pasillo del ala de tratamientos.

Por eso sé que cuando reencarne te encontraré, no sé de qué forma, puedo ser un animal o una persona, pero te encontraré.

Lo nuestro, aunque tenía un lindo futuro no sería posible. El tiempo que pasamos fue demaciado corto para poder enamorarnos profundamente, pero fue el tiempo suficiente para decir, wow, ese chico si que me gusta. En mis casi veinte años jamás me gustó alguien, no tuve el tiempo de eso. Estar todo el día en un hospital no te dejaba hacerlo.

Nuestro tiempo juntos fue algo efímero y hermoso, no me arrepiento de haberte conocido, fuiste una persona que aunque esté muerta ya para cuando leas esta carta se llevó un lugar en mi corazón.

Con todo el dolor del mundo me despido de ti, extraño. Sé que serás un grandioso arquitecto y tendrás un gran futuro.

Recuerda, nuestro tiempo fué Efímero pero nosotros somos eternos.

Nos vemos en la otra vida, mi querido extraño.

Atte: Shim Sun Hee.

Las lágrimas caían por mis ojos mientras leía y leía la carta hasta el punto de hacerlo insoportable.

Sabía que ella estaba feliz por morir, sabía que ella podría correr libremente donde sea que esté ahora y eso me ponía feliz de algún modo.

Mamá me lo dijo varias veces y lo mejor para ella era este camino.

Ahora solo me tocaba dejarla ir.

Siempre la llevaría en mi corazón y como dijo ella:

Lo nuestro fue efímero pero nosotros somos eternos.

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Efímero #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora