♡Cap. 8♡

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Pov Marinette
El tiempo pasó, los preparativos para la boda estaban casi listos, la fecha llegaría en dos semanas. En la universidad todo iba bien, intentaba que mi rendimiento académico no bajara.
Hoy tenía la prueba final de mi vestido de novia, lo bueno es que ya era viernes

— Buena tarde señorita Marinette —me saludo Nathalie— el señor Agreste la espera en el estudio

— Hola Nathalie, gracias

— Hola Marinette, Nathalie ya me voy, regresaré en un rato

— Claro joven —Nathalie dio media vuelta y se fue—

— Antes de irse— Ah dime a que hora paso por ti mañana para ir a ver las casas

— A las nueve ¿te parece?

— Si es perfecto

— No tengo ningún derecho de preguntarle pero....— ¿Puedo saber a donde vas?

— Celos... —dijo, alzó una ceja y sonrió de lado—

— No, simple curiosidad —respondí en un tono de frialdad— si no me quieres decir, no importa

— Hace unos meses retome mi práctica de esgrima y voy a entrenar

— Ah, pues que te vaya bien

— Nos vemos mañana —se despidió dándome un beso en la mejilla y se marchó—

— Adiós —sonreí—

Me probé el vestido ahora ya me quedaba a la perfección, verme al espejo y darme cuenta que me casare por obligación, me hace sentir triste, río levemente y con melancolía al pensar como seria todo si con quien me casaría fuera Luka, talvez en estos momentos estaría muy emocionada, pero no es así, tengo que aceptar la realidad, además Adrien no es un mal chico he aprendido a conocerlo un poco más...

Pov. Adrien
El esgrima me ayuda a distraer mi mente, ahora si podía decir con total certeza que amo a Marinette pero es más que claro que ella no siente lo mismo, los pocos momentos que pasámos juntos son increíbles, he intentado ganarme su amor pero no lo consigo, veremos que pasa después de la boda, la verdad espero que todo mejore y no empeore.

°☆ A la mañana siguiente ☆°

Era un día nublado, no había señal de que el sol saliera, la joven azabache empezaba a despertar gracias a su madre que tocaba la puerta

— Adelante —adormilado y bostezando—

— Hija levántate ya, Adrien llegará en un rato por ti y tienes que desayunar antes de irte

— No, no tengo ganas, quiero quedarme durmiendo —dijo y se volteó dando la espalda a su madre—

— Marinette no te comportes como una niña de cinco años y obedece —la mayor habló con un tono autoritario—

— Esta bien mamá, pero no te enojes, bajo en un momento

— Te espero para desayunar, no tardes

— Como digas —se levantó y al cabo de unos minutos ya estaba lista, así que bajo a desayunar—

— Sientate, el desayuno está listo

—El timbre sonó— Adrien querido, buen día, pasa

— Buen día señora Cheng

— Llámame Sabiene hijo, ya eres de nuestra familia

— Muchas gracias —sonrió—

— Hola Mari

— Marinette por favor, ah y hola. Habíamos quedado a las nueve, aún falta media hora

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