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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐭𝐫𝐞𝐬: ❝𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐂𝐢𝐭𝐚 𝐎𝐟𝐢𝐜𝐢𝐚𝐥❞

Una tarde soleada era un día perfecto para planear salir con alguien que, sin dudas, hacía tus días mejores, o algo así lo recitaba la pelirroja mientras terminaba de remarcar las últimas palabras de sus apuntes para el examen que debería hacer la semana siguiente. 

Anne Shirley sin dudas era un ser apasionado. Ella no dudaba en decir al aire las palabras que se le venían a la mente sobre algo que realmente le emocionaba, algo como la salida planeada con el pelinegro esa tarde. 

Ambos estaban nerviosos. A pesar que no era su primera ni segunda salida, el otro le hacía sentir muchas sensaciones con solo un gesto tan simple como caminar uno al lado del otro aún así no compartan contacto físico. 

O recibir un mensaje de texto de la otra persona diciendo que estaba llegando a su punto de encuentro, tal como Anne había hecho al estar a unos metros del parque donde habían acordado reencontrarse. 

Se saludaron con una sonrisa y un beso en la mejilla por parte de ambos, algo bastante cotidiano desde su primera salida donde Gilbert la había despedido de esa forma para luego, salir de la cafetería donde se encontraban. 

No tenían algún recorrido planeado para seguir, simplemente persiguieron la brisa del viento hasta que llegaron a un show callejero donde se escuchaba el piano sonar y la delicada voz de una chica de, al menos, veinticinco años, cantar. 

Decidieron quedarse disfrutando la música mientras las personas se sumaban al show. La canción era algo así una balada, algo tranquilo y digno de escuchar. La mayoría de personas estaban en parejas, por lo cual, el amor se sentía en el aire. 

Y ellos no eran la excepción, se sentían cómodos estando disfrutando un lindo show de música juntos, sin embargo, el contacto físico no hacía presencia en este caso como en todas las demás personas.

A unos momentos luego del estribillo tocado por segunda vez, Gilbert se animó a poner su brazo alrededor de los hombros de la pelirroja tomándola desprevenida. Ésta giró solo un poco la cabeza para poder verlo a los ojos y sonreír para apoyar su cabeza en los hombros, cosa que por poco no alcanzaba a lograr por su clara diferencia de altura. 

La canción siguió mientras ellos suspiraban y la terminaban de disfrutar. Una vez finalizó, ambos se acercaron y dejaron un dólar cada uno para seguir su caminata, no sin antes felicitar a la cantante, recibiendo una sonrisa por parte de ella. 

Sin saber cómo, llegaron a una heladería a la cual decidieron entrar al saber que ambos deseaban un cono de helado. Sin separarse aún, se acercaron al mostrador para que un chico castaño se levante y de con sus rostros. 

Instantáneamente, la pelirroja abrió los ojos como platos al ver a su mejor amigo ahí, y le hizo una seña con los labios para que no diga absolutamente nada, claro sin poner el dedo índice en su boca, eso lo haría todo más obvio. 

Moody captó la señal y relajó su ceño fruncido para poder tratarlos a ambos como cualquier cliente normal, pero claro no pensaba en dejar pasar ese tema de largo, y no perdería la oportunidad de preguntarle de Anne sobre aquello cuando pueda hacerlo. 

Una vez recibieron sus conos, buscaron un banco fuera del lugar, donde podían ver a las personas pasar por la calle. Hablaron de temas distintos a los de la anterior salida, pues siempre había algo nuevo para contar, y esta vez tocó todo sobre el examen de Anne. 

―No lo sé, no es el primero pero estoy nerviosa. Son los temas que más me cuestan  ―había dicho ella mientras bajaba la mirada. 

―¿Puedo saber cuales son esos temas?  ―cuestionó él esperando poder ayudarla. 

―Algebra, Análisis Matemático y Arquitectura de Computadores. 

―Creo que ninguno tiene que ver demasiado con la medicina  ―bromeó, haciendo que ambos rieran levemente  ―Pero confío en ti, lo vas a hacer bien, y cuando apruebes, vamos a celebrarlo. 

―¿Es eso una indirecta de que quiere salir conmigo, señor Blythe?  ―cuestionó ella esta vez, manteniendo una falsa formalidad. 

―¿Te sorprende tanto? Pensé que esto contaba como una cita  ―frunció el ceño y Anne abrió la boca para luego morder sus labios en una sonrisa.  

―Podríamos considerarlo como la primera mantuvieron contacto visual mientras sonreían hasta que el sonido de una notificación por parte de Moody en el teléfono de la pecosa, haciendo que sus ojos rompieron la conexión y Anne se ponga a leer el mensaje de su amigo. 

Moods
Anne María Shirley Cuthbert! 

AnnE
Mi segundo nombre no es María..

Moods
Lo sé, solo era para ponerle drama al asunto. 
¿Quién es ese chico y porque me 
mentiste cuando con Ruby te invitamos
a salir hoy.

AnnE 
No puedo hablar ahora Moody, en 
serio.

Moods
En diez minutos salgo
de trabajar. Te veo en 
el parque a dos cuadras
de aquí.

AnnE
Media hora.

Moods
Veinte minutos.

AnnE
Agh, veinte minutos. 

Resignándose a discutir por mensaje de texto, apagó su teléfono y dirigió la mirada al pelinegro que tenía a su lado, quién tenía su vista fija en cómo unos pequeños niños salían de la tienda a unos metros de ellos con unos juguetes en sus manos. 

Tuvieron una conversación diferente a la anterior, hasta que llegó la hora de despedirse. 

 ―Gilbert  ―ganó su atención  ―Lo siento pero necesito irme, tengo un compromiso que olvidé por completo.

 ―Está bien, no hay problema  ―contestó comprensivo.

 ―Gracias, por lo de hoy, si tu palabra es verdad, saldremos cuando apruebe ese examen.  

 ―Claro que si, yo preparo todo  ―agarró sus manos para besarlas mientras guiñaba con su ojo derecho, provocando un leve sonrojo en sus mejillas y sonriéndose por última vez para irse. 

Ahora tendría que explicarle a su mejor amigo el por qué no quería quedar como sujeta velas en su salida, no sin antes regañarlo por hacerla irse antes de su, al parecer, cita. 

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𝗗𝗘𝗦𝗧𝗜𝗡𝗢 𝗢 𝗖𝗔𝗦𝗨𝗔𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 | ShirbertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora