30.행복

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Pov's Seokjin

Caminé sin apuro por los pasillos de la universidad tras dejar al menor del grupo en su aula. Con la frente en alto y un distintivo ritmo al caminar que hizo que las miradas de los demas se posaran en mis pasos.

Sonreí con autosuficiencia sintiendo con mi ego se hinchaba rejocijado. Aun así, aun me hacia falta la reacción de cierto pelimorado al cual iba a visitar.

Toque por mera cortesía la puerta de su oficina, escuchando un ronco "pase" que provocó que el vello en mis brazos se enchinara.

Abrí y cerre la puerta tras de mi, recostandome sobre la misma para admirar el imponente aura del menor. Quien llevaba lentes de gruesa montura mientras evaluaba los papeles regados en su escritorio.

El pobre se veía tan estresado. Prueba de ello es que ni siquiera habia levantado la mirada para recibirme.

Presione el el botón que bloqueba la puerta. Caminando silenciosamente hasta su lugar. Cuando me encontré a su lado, tome su menton y le obligue a mirarme.

– Jin ¿Cuand... – Su expresión confundida fue lo último que vi antes de tomar sus labios con los mios, en una lenta y excitante danza que terminó conmigo sentado a ahorcadas del de hoyuelos.

Sus enormes manos amasando mis nalgas con rudeza mientras su erección se marcaba mas y mas en la fina tela de su pantalon de vestir.

Encajó dus dientes en mi labio inferior, jalandolo hacia el lentamente mientras haciamos contacto visual.

– Eres todo una tentación ¿Lo sabías? – pregunto antes de regar besos en mi cuello.

– Mira quien lo dice, ¿Te has visto en ese traje? Me endurezco sólo de pensarte en el –

– ¿Enserio? No sabia que te gustaba tanto – dijo antes de propinarme una nalgada.

– Mmmfg realmente me encanta – contesté mientras empezaba a frotarme contra el.

– Bebé... – murmuró tenso. Mirandome con fiereza en los ojos.

– ¿Si daddy? – pregunte coqueto. Dispuesto a todo con tal de que no me detuviera.

– Así que daddy no sabia que te iban esas cosas – mencionó saboriando la palabra en su boca.

– A ti no parece disgustarte – respondí altanero, bajandome de su regazo.

– ¿A dónde crees que vas? –

– A ningun lado – conteste, dejándome caer sobre mis rodillas entre las piernas del pelimorado.

– Esto no es correcto –

– Es cierto, no es correcto –le dije mientras bajaba el ziper de su pantalón.

– Jin... –

– ¿Daddy? –

– Esto... –

– No seas malo y dame de tu leche – dije mirandole a los ojos mientra sostenía la dotada extensión de carne entre sus piernas.

– Como negarme cuando lo pides así – Murmuró con la mirada oscurecida – Abre grande y dejame ver como esos bonitos labios se estiran alrededor de mi polla – dijo mientras colaba la punta a centimetros de mis labios.

Me incline lentamente hacia delante para al fin entrar en contacto con la suave superficie de su glande. Disfrute con ternura cada pedacito de la sencible superficie que mantenia suspirando al menor.

Respire profundamente antes de empujar la erección hasta los limites de mi boca. Disfrutando al máximo las ardientes expresiones que hacia el moreno mientras se la chupaba.

𝙰ú𝚗 𝚗𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora