17. Vibrador pt2

250 34 27
                                    

Pov's Seokjin

Sentí que moriría entre los brazos del menor si no conseguia apagar el maldito vibrador.

Mis piernas temblando fruto de la  sobre estimulación.

Con suavidad, acerque mi mano al bolsillo del abrigo para apagarlo.

Cuando al fin entre movimientos casi imperceptibles, le puse fin a la vibración. Pude respirar tranquilo, creyendo que las cosas irían mejor a partir de ahora.

Cuánto me equivocaba.

La mano que habia quedado inmóvil sobre mi miembro se movio con rapidez, adentrandose aun más en mis pantalones.

La punta de sus dedos rozaban mi agujero. Provocando que me retorciera, suplicando que parase.

El aire escapo entre mis dientes a la vez que arqueaba la espalda cuando dos de sus dedos se abrieron paso en mi interior.

- ¡Qu..ue e..st..as ha.ci..endo! - dije a duras penas mientras recostaba mi espalda en su pecho.

- Solo te estoy ayudando hyung - murmuró a mi oído.

El significado de sus palabras llego a mi cuando con sus dedos tomó el vibrador dentro de mi e hizo el intento de sacarlo.

Pero por una mierda, que lo estaba haciendo a propósito. Ya  que varios intentos fallidos para sacarlo terminaron en sus dedos presionando con fuerza el dispositivo contra mi próstata.

Aunque este se encontraba apagado, la presión que aplicaban los largos dedos del menor eran suficiente para hacerme ver estrellas.

Mis piernas se rindieron cuando el pelimorado agregó un tercer dedo a la busqueda del dispositivo que en este momento no sabia si amar u odiar.

Mis pantalones cayeron al igual que mi cuerpo que fue recostado sobre el del moreno cuando este se sento en uno de los muebles de la pequeña sala.

Pegue mis piernas con inseguridad ante la posición tan expuesta en la que pretendía que me pusiera el de hoyuelos.

Aun asi, este solo necesito depositar un beso detras de mi oreja y susurar un suave ~vamos~ mientras ejercia presión sobre mis rodillas, para que mis piernas se separaran en automatico.

Estas fueron agilmente colocadas a cada lado de sus rodillas mientras por mi parte, me dejaba caer sobre su cuerpo,  rindiendome ante sus actos de placer.

Expandio sus dedos en mi entrada a la vez que su otra mano se colaba por debajo de mi abrigo, apresando entre su dedos mi pezon derecho.

Mi pecho subia y bajaba acelerado mientras los labios del menor arrazaban con mi cuello.

Poco es decir que tendría que usar cuellos altos por una semana, ya que aquellas mordidas que dejaba el moreno sobre mi piel sin piedad, serian un recordatorio bastante claro de lo que estaba sucediendo.

Mi espalda se arqueo con fuerza cuando al fin saco el vibrador de mi entrada. No tardando en nuevamente invadirla con sus dedos.

Mi pene goteaba contra mi abdomen apretado. Mientras la respiración del menor chocaba contra mi cuello.

Empeze a mover mis caderas con desespero para encontrarne con las embestidas de su mano.

El deseo de querer algo mas grande dentro de mi provocaba que mi pequeña abertura se contrajera, succionando los dedos del menor.

Con total desvergüenza, incline mi cuerpo hacia adelante, apoyando mis manos en la mesita de centro, y provocando que ambas manos del pelimorado estuvieran fuera del alcanze de las partes de mi cuerpo de las que habia estado abusando.

𝙰ú𝚗 𝚗𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora